Biodiversidad

Iberdrola trabaja desde hace años con un plan de acción de biodiversidad definido. Este plan estratégico está motivado por cuatro principios de actuación, definidos en su política de biodiversidad: proteger, conocer y conservar la biodiversidad, y sensibilizar e informar a los Grupos de interés. En las diversas unidades operativas, este plan de acción estratégico se traduce en líneas de actuación y programas de trabajo como los de protección de fauna y flora o reducción de la contaminación.

El ámbito de aplicación del plan de acción abarca todo el ciclo de vida de las instalaciones (diseño, construcción, operación y desmantelamiento). Así, los proyectos de construcción se llevan a cabo mediante la aplicación de la jerarquía de mitigación en el proceso de evaluación de impacto ambiental y en la fase de operación a través de la gestión ambiental integrada del grupo.

La importancia de los bosques del mundo es innegable, son ecosistemas vitales para la conservación de la biodiversidad del planeta. Para alcanzar el desarrollo sostenible se debe cuidar de ellos sabiendo que son finitos e imprescindibles para la vida. Sin ellos no habría agua potable, ni aire puro ni muchos de los alimentos necesarios. La importancia de los bosques primarios además no es solo por la fuente de oxígeno que ofrecen sino también porque mitigan el cambio climático al absorber de la atmósfera el dióxido de carbono y por tanto reducir el efecto invernadero.

El desarrollo de los negocios del grupo produce inevitablemente interacciones con diversos ecosistemas. Por ello, estamos comprometidos con la protección de la biodiversidad y la conservación del medio ambiente. Además, favorecemos una cultura social orientada a fomentar la sensibilización de todos los grupos de interés, identificando acciones concretas que ayuden a la conservación de ambientes naturales y actúen contra la pérdida de biodiversidad en favor de los seres vivos y la conservación de las especies.

Conoce los detalles de nuestra política de biodiversidad.

La biodiversidad influye mucho en la conservación de los seres vivos. Si no tenemos presente la importancia de la biodiversidad, actuando con un enfoque hacia la sostenibilidad y respetando las normas de conservación del medio ambiente, estaremos actuando en contra del propio beneficio del ser humano. Porque la pérdida de biodiversidad repercute directamente en nuestra seguridad alimentaria, en la vulnerabilidad ante desastres naturales, en el acceso al agua limpia, y en la extinción de especies.

El impacto del ser humano es causa directa de la pérdida de biodiversidad. El no saber gestionar los recursos, obviando que son finitos, trae consigo el agotamiento de los recursos naturales. La constante actividad humana, la innegable sobreexplotación de los recursos a velocidad superior a la de su regeneración natural, dificulta la vida y trae consigo la pérdida de biodiversidad. La deforestación y la sobrepesca son claros ejemplos de ello.

Te contamos qué es sobreexplotación y cuáles son sus consecuencias en los recursos naturales.

La biodiversidad mundial presenta un declive sin precedentes. Más de un millón de especies están amenazadas de extinción y podrían desaparecer en pocas décadas, según un Informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). El informe identifica qué animales están en peligro de extinción por el cambio climático (será responsable de un 5% de estas desapariciones si la temperatura aumenta 2 grados). El hábitat natural de la fauna se ve perjudicado con el calentamiento global, y el riesgo de extinción aumenta. Entre las especies más amenazadas se encuentran los saltamontes y milpiés de Madagascar, el antíope de áfrica y la pantera de las nieves. Pero no solo el cambio climático afecta a la biodiversidad; los cambios de uso del suelo, la contaminación y la sobreexplotación de las especies suponen amenazas tan importantes o incluso más graves para su conservación que el cambio climático.

La biodiversidad y su conservación están condicionadas irremediablemente a la injerencia del ser humano en el medio ambiente. Para no generar problemas ambientales que sobrevengan en la pérdida de biodiversidad, hay que llevar a cabo medidas de conservación y saber implantarlas. La conservación es un principio básico en la política ambiental del grupo Iberdrola, comprometido con la biodiversidad de los ecosistemas, paisajes y especies en los que desarrolla su actividad.

Además, la conservación del medio se verá favorecida con pequeñas acciones que cada uno podemos realizar en nuestro día a día: usar productos reutilizados, cerrar bien los grifos, utilizar el transporte público, separar la basura o consumir productos ecológicos.

Proteger la biodiversidad y los ecosistemas es protegernos a nosotros como especie, pues dependemos de ellos para nuestra propia supervivencia. Los bosques son los ecosistemas terrestres más diversos, reducen el calentamiento global y nos proveen de energía y agua limpia. La biodiversidad ayuda, entre otras cosas, a polinizar las flores y los cultivos. Obtenemos de la naturaleza comida y medicinas, y los microorganismos nos ayudan con la fertilización del suelo. Son innumerables los beneficios que nos proporciona a todos los seres vivos la diversidad biológica, y por eso tenemos que cuidar las interacciones en los ecosistemas y tener claras las zonas de conservación ambiental. Nuestro deber como especie es favorecer la transición ecológica, mitigando las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorando la eficiencia energética, y con ello, la supervivencia de la flora y la fauna del planeta.

Apostar por la conservación del planeta es apostar por la conservación de la biodiversidad. La diversidad biológica salvaguarda el funcionamiento de los ciclos vitales del agua, de los nutrientes o del suelo. Por eso, hay que minimizar el impacto del ser humano en el medio ambiente, para garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a agua limpia y a diferentes materias primas, entre otros. Es una apuesta también para prevenir desastres naturales. Por ello, en las políticas de actuación, entre los objetivos para de desarrollo, hay que poner especial interés en la conservación de la diversidad biológica y asegurar la protección de las zonas de conservación ambiental.

El cambio climático es una de las causas directas para la pérdida de biodiversidad. El calentamiento global y el cambio climático mundial precipita que muchas especies animales y vegetales no se adapten a la situación y abandonen sus hábitats de referencia, ante las sequías, las precipitaciones o los eventos climáticos extremos. Muchos de los animales que sufren el cambio climático se verán abocados a la extinción ante la imposibilidad de adecuarse a los efectos del cambio. Por eso se hacen tan importantes las políticas de conservación para cuidar de las especies y los ecosistemas.

La gestión ambiental es la estrategia que los distintos organismos utilizan para tratar de que sus actividades impacten lo menos posible en el medio ambiente y la naturaleza. Se trata de buscar el equilibrio entre los intereses geoeconómicos y la conservación ambiental. Existen diferentes enfoques de control de gestión, según alcance. Por un lado, la prevención de conflictos ambientales futuros; la corrección de la problemática ambiental presente, o la recuperación del deterioro medioambiental del pasado. Según este enfoque de gestión, así será la política ambiental de un determinado organismo y así se comportará con los recursos naturales.

Las zonas protegidas son extensiones de terreno —o de mar— que se protegen para no perder su biodiversidad, geodiversidad y los recursos naturales y culturales de la misma. Se trata de contener ecosistemas naturales que están amenazados o son de especial interés ecológico, educativo o científico, entre otros. Normalmente se reconocen como patrimonio natural, y se protege y cuida su diversidad biológica y el hábitat de las especies.

Según el mapa de zonas protegidas, el grupo Iberdrola selecciona la ubicación de nuevas infraestructuras, evitando los espacios protegidos o de alto impacto para la biodiversidad.

El grupo Iberdrola desarrolla diferentes acciones para favorecer la conservación de la biodiversidad de los distintos ecosistemas en los que efectúa sus actividades. Entre estos principios se encuentra integrar la conservación medioambiental en la toma de decisiones de las distintas fases de sus proyectos de infraestructura; aplicar un enfoque preventivo para la conservación del medio ambiente; la compensación del impacto producido y la restauración del capital natural; o la protección de especies y hábitats mediante una conservación positiva e investigación.

El grupo Iberdrola tiene definidos una serie de principios básicos de gestión en su política medioambiental con el objetivo de alcanzar el desarrollo sostenible y evitar la degradación medioambiental. Entre ellos: respetar la normativa medioambiental vigente en los países que opera; conocer y evaluar continuamente los riesgos que implican sus instalaciones; prevenir dichos riesgos; el consumo responsable o incorporar la dimensión medioambiental en los procesos de decisión sobre inversiones y planificación. En definitiva, se trata de principios éticos básicos para respetar y asegurar la biodiversidad y los ecosistemas.

Alcanzar la eficiencia energética y promover la sostenibilidad medioambiental puede lograrse haciendo un uso de la energía responsable y abogando por tecnologías eficientes que reduzcan el consumo de energía. En Iberdrola fomentamos el uso responsable de la energía y tenemos especial atención en la optimización de toda nuestra cadena energética (producción, transporte y distribución). No perdemos nunca nuestro objetivo de proteger la biodiversidad y los ecosistemas.

Las pequeñas acciones, sin embargo, también cuentan y desde cualquier hogar se puede alcanzar la propia eficiencia energética y la sostenibilidad, con el objetivo de proteger la diversidad biológica a pequeña escala, luchando contra el cambio climático. Apuesta por energías renovables, electrodomésticos de bajo consumo o unas sencillas normas de uso de la energía particular.

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero proporciona una manera estandarizada de calcular y contabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Su uso permite la comparación de resultados entre organizaciones y a lo largo del tiempo, para saber mejor si se han producido en la reducción de emisiones, y evaluar los beneficios climáticos. Esta herramienta internacional puede ayudar en gran medida al mantenimiento de la biodiversidad y el cuidado de los ecosistemas. Conocer los índices y los estándares del protocolo ayuda a orientar las políticas de lucha contra el cambio climático y cuidado y promoción de la biodiversidad de las empresas y organizaciones.