Transición energética

Impulsamos una transición sostenible

Necesitamos acciones y políticas energéticas para una transición energética. La lucha contra el cambio climático es uno de los desafíos más importantes a los que debe enfrentarse la humanidad en el siglo XXI.

La implicación hacia la descarbonización de la economía es tarea de todos. En Iberdrola nos hemos comprometido a abanderar la transición energética, un reto que emprendimos hace ya 20 años y que nos ha convertido en un líder mundial en energías renovables. Apostamos por la electrificación de la economía, el impulso de las energías verdes y la innovación tecnológica para garantizar a las próximas generaciones un futuro más verde.

¿Qué es la transición energética?

La transición energética se define como el conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía para alcanzar una mayor sostenibilidad. El objetivo de este proceso es transformar el sistema energético actual cimentado en los combustibles fósiles en un modelo eléctrico basado en energías renovables y otras formas de reducción de emisiones.

El proceso de transición energética no es novedoso. Otros cambios importantes han precedido al actual a lo largo de la historia, como el paso de la madera al carbón como medio de producción de energía en el siglo XIX y del carbón al petróleo en el siglo XX. 

Sin embargo, lo que caracteriza esta transición respecto a las anteriores es la necesidad de proteger la Tierra de la peor amenaza que hemos experimentado hasta el momento: el cambio climático. Una defensa para la que debemos prepararnos lo más rápido posible. Una transformación necesaria en la que todos debemos ser partícipes y protagonistas.

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Principales beneficios de la transición energética

Beneficios medioambientales

  • transición energética co2 Reducción de las emisiones de CO₂
  • transición energética emisiones Disminución del efecto invernadero y el calentamiento global
  • transición energética eólica Uso de energías renovables, inagotables y limpias
  • transición energética medio ambiente Mejora de la calidad del aire
  • transición energética sostenibilidad Preservación de la biodiversidad y los recursos naturales
  • transición energética innovación Desarrollo de más proyectos de energías renovables
Ilustración Ilustración

Beneficios sociales

  • Icono Mejora en la salud y el bienestar de las personas
  • Icono Mayor conciencia medioambiental
  • Icono Impulso de la eficiencia energética
  • Icono Mitigación de conflictos por recursos escasos
  • Icono Democratización energética y equidad social
  • Icono Proliferación de empleos verdes

El cambio climático: un gran reto para la humanidad

El cambio climático es el mayor reto medioambiental en la actualidad. Desde hace años estamos experimentando un rápido calentamiento global sin precedentes como consecuencia de la actividad humana, principalmente por la quema de combustibles fósiles que generan emisiones de efecto invernadero. En este sentido, el sector eléctrico juega un papel clave para alcanzar el propósito fijado por el histórico Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 ºC y atajar la descarbonización de la economía a través de la transición energética.

Los efectos del cambio climático

Los impactos del cambio climático ya son perceptibles, según algunos datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM):

Comprometidos con la transición energética

Solo abordando los grandes retos podemos lograr un cambio de modelo resiliente y respetuoso con el planeta. Por eso, nos hemos comprometido a abanderar la transición energética, una tarea que pusimos en marcha hace ya 20 años y que ha hecho del grupo Iberdrola el líder mundial en renovables. Ahora progresamos en nuestro histórico plan de acción climática, el más ambicioso de la COP 27.

En Iberdrola nos comprometemos a realizar inversiones de 41.000 millones de euros hasta 2026 para impulsar la transición energética, el empleo y las emisiones netas nulas. Para nosotros, las redes son la columna vertebral de la integración de la nueva capacidad renovable y permitirán implantar nuevas soluciones y servicios distribuidos. Por esta razón, tenemos previsto invertir 21.500 millones de euros en redes en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y España, lo que representa el 60% de la inversión neta. 

Además, conscientes de nuestro papel tractor y referente para muchas otras empresas en su objetivo de electrificar la economía e invertir en energías limpias, participamos a diario en diferentes eventos y reuniones de organizaciones multilaterales y alianzas para impulsar la transición energética.

Principales acciones para acelerar la transición energética

  • Impulso de la innovación tecnológica

    La evolución tecnológica permite la transición de todo el sector, desde las mejoras en la generación de energía al impulso de las redes inteligentes, pasando por la aportación de nuevos servicios a los clientes.

  • Electrificación de la economía

    La electrificación de la economía, del transporte y de los edificios es el principal vector energético de la transición energética hacia la descarbonización.

  • Despliegue de energías renovables

    Si el objetivo de la transición energética es alcanzar la descarbonización, es fundamental lograr la máxima integración y estabilidad de las energías renovables.

ETaaS: la transición energética como servicio

La transición energética es una tarea de todos. Parte de la industria de la energía, cada vez más consciente de los efectos del cambio climático, trabaja desde hace años para mejorar la sostenibilidad de su actividad. Ante este escenario, surge el concepto ETaaS (Energy Transition as a Service) que abarca todos aquellos servicios energéticos que ayudarán a las empresas a reducir su huella de carbono.

Saber más sobre ETaaS

¿Qué políticas energéticas impulsan esta transición en el mundo?

La aprobación del Acuerdo de París en 2015 supuso un hito histórico en la agenda climática global por el marco multilateral de acción climática que se creó. Este pacto, liderado por las Naciones Unidas, estableció el objetivo de limitar el incremento de temperatura global por debajo de los 2 ºC a finales de siglo respecto a los niveles de la era preindustrial, dejando la puerta abierta a ampliarlo hasta los 1,5 ºC.

El acuerdo vigente apremia a todos los países firmantes a presentar contribuciones climáticas nacionales que deberán ser actualizadas periódicamente y obliga a los países desarrollados a continuar liderando las aportaciones financieras.

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La transición energética en Europa

La Unión Europea (UE) fue uno de los primeros actores en poner rumbo hacia la transición energética al presentar en 2007 los primeros objetivos de clima y energía para 2030 basados en tres pilares fundamentales: la reducción de las emisiones de efecto invernadero, el despliegue de energías renovables y la mejora en la eficiencia energética.

El paso definitivo llegó a finales de 2019 con la presentación del Pacto Verde Europeo (European Green Deal). Apoyado por grandes compañías como Iberdrola, este acuerdo establece una hoja de ruta estratégica que sitúa la transición energética justa y verde en el centro de la acción política. Los compromisos se basan en conseguir una UE climáticamente neutra en 2050, proteger la biodiversidad y desarrollar las energías limpias, entre otros.

Los objetivos actuales europeos en materia de energía para 2030 incluyen:

Un 55 % de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990.

renovables

Una cuota del 32 % de energías renovables sobre el consumo total de energía final bruta.

eficiencia energética

Un 32,5 % de mejora de la eficiencia energética.

Países con políticas energéticas pioneras

La sostenibilidad ocupa un espacio cada vez más prioritario en la agenda política de muchos países. Sin embargo, solo algunos de ellos pueden considerarse realmente pioneros en adoptar marcos legales para la transición energética. Es el caso de Dinamarca, que destaca por su plan para reducir un 70 % las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030 —uno de los programas más ambiciosos en Europa. Para 2050, el país espera ser neutral en carbono.

Destacan también sus vecinos Suecia y Finlandia, precursores históricos de las políticas climáticas que apuestan por el despliegue de las energías renovables y el abandono total de los combustibles fósiles. Diversos informes apuntan el avance en materia de políticas verdes de otros países más allá de la Unión Europea, como Reino Unido, Islandia, Canadá o Nueva Zelanda. No obstante, Naciones Unidas alerta de que aún queda mucho camino por recorrer.

La transición energética en España

A principios de 2019 se presentó en España el Marco Estratégico de Energía y Clima en línea con los compromisos del Acuerdo de París y las directrices europeas. Este documento se desgrana en tres pilares fundamentales:

  La Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Establece desde 2021 los objetivos cuantificados de gases de efecto invernadero, producción de energías renovables y eficiencia energética para 2030. Por ejemplo, establece una reducción del 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y un aumento del 42 % del consumo de renovables sobre el total de energía.

 El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Define las medidas necesarias para alcanzar los objetivos recogidos en la ley.

 Estrategia de Transición Justa. Contempla instrumentos para detectar y brindar oportunidades de económicas y laborales para colectivos, sectores, empresas y territorios que puedan ser más damnificados por el proceso de descarbonización.