Ventajas del coche eléctrico
¿Por qué debería comprar un coche eléctrico?
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A pesar de que cada año aumenta exponencialmente su venta, algunas personas todavía no conocen todas las ventajas del coche eléctrico sobre el convencional. El ahorro económico y la ausencia de emisiones son algunos de los argumentos más populares para apostar por esta alternativa sostenible a los coches de combustión interna. Una tecnología que ha dejado de ser el futuro de la movilidad para implantarse con fuerza en el presente.
Según el World Economic Forum, las ventas mundiales de coches eléctricos alcanzaron los 6,6 millones en 2021, casi el doble de vehículos eléctricos nuevos vendidos que el año anterior. Las ventajas del coche eléctrico sobre el coche de combustión son cada vez más claras para el usuario. Así lo refleja que hoy se compren en una semana la misma cantidad de coches eléctricos que se vendió en todo el 2012, año clave en el que empezó a ganar impulso el incipiente mercado de vehículos eléctricos (EV).
Factores como el aceleramiento del cambio climático y los compromisos globales adquiridos para alcanzar el objetivo net-zero son tractores fundamentales en el cambio global hacia una conducción sin emisiones. Mientras circunstancias adversas como la crisis económica de la COVID-19 han afectado negativamente el mercado de automóviles de gasolina y diésel, la demanda de automóviles eléctricos continúa aumentando.
A continuación destacamos siete ventajas del coche eléctrico sobre el tradicional, interesantes de tener en cuenta a la hora de planificar nuestros hábitos de transporte y plantearnos dar el salto a la movilidad eléctrica.
Cero emisiones
Como atributo más evidente, los coches que se alimentan de energía eléctrica no necesitan quemar combustibles fósiles para su funcionamiento y, por tanto, no producen emisiones directas de dióxido de carbono. Al no depender de un motor de combustión no requieren de un tubo de escape por el que expulsar los gases y partículas resultantes de dicha combustión. De esta forma, el coche no deja un rastro de contaminación a su paso ni expulsa humo de ningún tipo.
Si bien es cierto que durante el proceso de fabricación de un coche 100 % eléctrico —incluida la extracción de los recursos materiales necesarios y la fabricación de las baterías de iones de litio— se genera una mayor huella de carbono que durante la producción de un coche convencional, estas emisiones se compensan rápidamente durante la fase de utilización del coche. Tomando como referencia el mix energético de generación de electricidad de la Unión Europea, la amortización de estas emisiones de CO2 se alcanza aproximadamente a los 80.000 km. A partir de ahí, cuanto más se utiliza el coche eléctrico más emisiones se están evitando en comparación con nuestro anterior vehículo.
La huella de carbono cero (net zero) es uno de los grandes atractivos para los consumidores actuales, concienciados con la protección del medio ambiente y el uso de las energías limpias, además de un atributo clave para que los países firmantes del Acuerdo de París promuevan la electromovilidad –en línea con su compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero a net zero para 2050.
Ahorro del coche eléctrico
Los motores eléctricos, a diferencia de los de combustión interna, se benefician de una muy alta eficiencia energética —que suele estar alrededor de un 90-95 %, frente a un 20-35 % en los motores de combustión más modernos del mercado. Si el coche eléctrico consume aproximadamente la tercera parte de energía para recorrer 100 kilómetros que uno convencional, esto se traduce en un coste por kilómetro notablemente menor y un consecuente ahorro económico.
Además de su eficiencia energética intrínseca, los coches eléctricos se benefician a día de hoy de numerosas tarifas y planes especiales para que los usuarios puedan integrar la recarga de sus coches eléctricos dentro del gasto eléctrico doméstico de forma sencilla y sostenible. Esto los hace más fáciles de rentabilizar a medio plazo en comparación con los coches de motor de combustión.
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Fácil mantenimiento
Otro de los beneficios de los vehículos eléctricos es que tienen unos costes de mantenimiento muy bajos, ya que para el funcionamiento del motor eléctrico no hacen falta cambios de aceite, filtros ni refrigerante. Bastaría para tenerlo todo bajo control con una revisión rutinaria de los frenos, los neumáticos o los filtros de polvo y polen -elementos comunes a todos los vehículos-, así como un chequeo periódico del estado de las baterías.
Adiós a las averías mecánicas
Al no albergar un motor térmico ni un cambio de marchas con embrague, los coches eléctricos cuentan con un número mucho menor de elementos en movimiento expuestos al desgaste, lo que garantiza una tasa de averías cercana al 0 %. Podemos olvidarnos de preocupaciones comunes como el estado de la correa distribución cada vez que salgamos de viaje.
Ventajas fiscales del coche eléctrico
Otra de las características que anima a los compradores a invertir en coches eléctricos son sus ventajas fiscales. Estas varían dependiendo el país e, incluso, la comunidad, estado o municipio, pero siguen como tónica una fuerte reducción de los impuestos asociados al vehículo para fomentar la movilidad sostenible.
En algunas localidades de España, por ejemplo, estos coches están exentos de pagar el impuesto de matriculación y pueden aprovechar bonificaciones en el impuesto de circulación (Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica). Los propietarios de vehículos eléctricos pueden, incluso, deducir el IVA completo, si prueban que son una herramienta imprescindible para su actividad comercial, o parcial, si sólo se utilizan con fines profesionales o empresariales.
Al otro lado del Atlántico, en México, los propietarios de autos híbridos y eléctricos particulares están exentos del pago de verificación y tenencia durante los primeros años, además de no pagar peajes. En Estados Unidos, por su parte, los contribuyentes pueden recibir hasta $7,500 como crédito fiscal federal para aquellos vehículos eléctricos o híbridos enchufables comprados después de 2010.
Un coche para la ciudad
Como decíamos, los coches eléctricos ya no son el futuro de la movilidad rodada, sino el presente. Su condición de “emisiones cero” es nuestra mejor carta de presentación para tener prioridad accediendo a zonas restringidas a la circulación en los centros urbanos, encontrando zonas de aparcamiento regulado exclusivas —y en muchos casos gratuitas— en los barrios más concurridos o entrando en las ciudades incluso cuando tengan activo algún protocolo anticontaminación. En España, esto se pone en la práctica desde hace tiempo a través de la etiqueta cero emisiones que otorga la Dirección General de Tráfico (DGT), el máximo de sus distintivos medioambientales.
Una ventaja adicional para moverse con un coche eléctrico en la ciudad es la consistente expansión de las estaciones de carga de vehículos eléctricos. Al no necesitar de grandes depósitos bajo el suelo en los que albergar miles de litros de combustible, las denominadas “electrolineras” están preparadas para dar servicio cómodamente en aquellos puntos donde más se necesite.
Máxima comodidad
La propia experiencia de conducir o viajar en un coche eléctrico tiene atractivas ventajas o mejoras sobre la experiencia tradicional. La eliminación del motor de combustión se percibe en la disposición de un mayor espacio de habitabilidad, la disminución de ruido y la ausencia de vibraciones, calentamientos o posibles olores. Una comodidad de uso que ayuda al bienestar y disfrute de todos los pasajeros, especialmente personas sensibles a estímulos sensoriales fuertes que tiendan a marearse, así como niños y mascotas.