Entrevista a Nuria Oliver

"Las mujeres tienen que ser parte activa de la Cuarta Revolución Industrial y de la definición de la sociedad del futuro"

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Octubre de 2018.    Tiempo de lectura: 6 minutos

Para Nuria Oliver, Data Scientist del Año para la Big Data Value Asociation (BDVA) y doctora del MIT por sus trabajos sobre Inteligencia Artificial (IA), uno de los principales retos que tiene por delante el ser humano pasa por utilizar la tecnología para mejorar la vida de las personas y por implicar a las mujeres, a través del impulso de las vocaciones STEM, en la construcción de la sociedad del futuro.

Entrevista a Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial (IA) y Data Scientist 2019 para la BDVA.
Entrevista a Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial (IA) y Data Scientist 2019 para la BDVA.

Nuria Oliver es ingeniera de telecomunicaciones y doctora en Inteligencia Artificial (IA) por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Además, fue nombrada Data Scientist del Año 2019 por la Big Data Value Association (BDVA), organización internacional sin ánimo de lucro impulsada por la industria con 200 miembros en toda Europa, como reconocimiento a sus trabajos alrededor del big data social y los modelos computacionales de comportamiento humano. Su currículum la convierte en una voz autorizada a la hora de hablar de la Cuarta Revolución Industrial, de la cual deben ser parte y arte las mujeres, a las que anima a apostar por las disciplinas STEM.

Hacia una inteligencia artificial por y para la sociedad es el título de una de tus conferencias más aclamadas, ¿qué aporta la IA en este sentido?

La IA se encuentra en el corazón de la Cuarta Revolución Industrial en la que estamos inmersos. Tiene un gran poder transformacional, ya que es transversal, invisible, escalable, actualizable y con capacidad no solo para explicar el pasado o interpretar el presente, sino para realizar predicciones futuras. Al mismo tiempo, tiene otras características no tan positivas, por ejemplo: genera situaciones de asimetría —respecto al acceso a los datos necesarios para entrenar los algoritmos de IA y respecto a la disponibilidad de los medios para poder aprovechar la IA—, puede ser hackeada y permite generar contenido sintético —texto, video, imágenes o audio— totalmente indistinguible del contenido veraz.

Marie Curie decía que no hay que temer, sino entender. Sin embargo, para los neófitos la IA asusta un poco, por ejemplo en todo lo relacionado con la robotización del empleo. ¿Cuál es la respuesta a esto?

Me gusta mucho referirme a esta cita, ya que creo que es muy relevante hoy en día. A pesar de la importancia extrema de la IA en nuestras vidas —desde que nos levantamos hasta que nos acostamos interactuamos con sistemas de IA—, hay un desconocimiento grande y preocupante al respecto en la sociedad. Es importante que consigamos inspirar a la ciudadanía para que se interese por la IA y para que pueda tomar decisiones informadas al respecto. Me gusta mucho el proyecto de Finlandia de educación en IA para la ciudadanía a través del programa online llamado Elements of AI.

La Inteligencia Artificial tiene capacidad no solo para explicar el pasado o interpretar el presente, sino para realizar predicciones futuras

La IA es infinitamente más poderosa que la humana en capacidad de computación, velocidad o almacenaje. ¿Hay algo en lo que la humana gane a la artificial?

Hoy disponemos de sistemas de IA específica, es decir, capaces de realizar automática y autónomamente una tarea concreta, pero solo esa tarea. Por ejemplo, aunque un algoritmo diseñado para jugar al ajedrez juegue mejor que el mejor de los humanos, es incapaz de hacer cualquier otra tarea. De hecho, tampoco sabe qué es el ajedrez y tendría dificultades para poder jugar si hiciéramos una variación en las reglas del juego. Los sistemas actuales manifiestan un tipo limitado de inteligencia, ya que son incapaces, entre otras cosas, de generalizar y extender sus niveles de competencia en una cierta tarea a otros ámbitos de manera automática, como sí haría un humano.

¿En qué punto está ahora la interacción hombre-máquina? ¿Qué futuro imagina?

En los últimos cinco años ha habido avances muy importantes. Por primera vez podemos hablar a la tecnología —a nuestro móvil, coche o casa— y esta nos escucha, nos entiende e, incluso, nos responde. También se están produciendo grandes avances en lo que se conoce como interfaces cerebro-maquina que nos permiten, por ejemplo, controlar prótesis o sillas de ruedas con el pensamiento. La aspiración de la interacción persona-máquina es conseguir desarrollar sistemas que puedan interactuar de forma similar a como interactuamos los humanos entre nosotros.

Eres especialista en big data para el bien social, ¿qué aplicaciones tiene en este campo? ¿Podría ayudar en la lucha contra el cambio climático?

Hay infinidad de aplicaciones en numerosos campos: salud pública, cambio climático, desastres naturales, crisis humanitarias, migraciones climáticas, desarrollo económico, ciudades inteligentes, transporte, educación, agricultura, etc. No podemos olvidar que prácticamente todos los ámbitos de la sociedad están siendo digitalizados. Una vez disponemos de datos, necesitamos técnicas para poder interpretarlos y aprovecharlos para tomar mejores decisiones.

Viendo tu trayectoria, podemos afirmar que vas un paso por delante. Por ejemplo, desde hace tiempo eres data scientist, uno de los trabajos con más futuro. ¿En qué consiste y qué formación es necesaria?

Efectivamente, el Data Science es una de las disciplinas más demandadas en la actualidad. Conlleva tener conocimientos de programación, estadística, visualización, matemáticas, machine learning, etc., para poder desarrollar sistemas capaces de analizar cantidades ingentes de datos (big data), interpretarlos y hacer algo útil con ellos. Ya hay universidades que ofrecen grados de Data Science.

En la Unión Europea habrá cientos de miles de nuevos puestos de trabajo tecnológicos que no sabemos cómo vamos a cubrir

En este sentido, ¿hacia dónde crees que se dirige el empleo del futuro?

Una de las consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial es la metamorfosis del mercado laboral. Habrá muchos empleos que se transformarán y se automatizarán. Al mismo tiempo, aparecerán nuevos empleos que en gran parte tendrán un componente tecnológico. En la Union Europea (UE) habrá cientos de miles de nuevos puestos de trabajo tecnológicos que, a día de hoy, no sabemos cómo vamos a cubrir porque no hay suficientes profesionales ni suficientes estudiantes de carreras técnicas (STEM). Por ello, me gustaría animar a los más jóvenes a que considerasen estudiar una carrera tecnológica.

¿Qué les dirías para despertar en ellos vocaciones STEM, especialmente entre las chicas?

Lo más importante es estudiar aquello que nos llena, pero para poder tomar una decisión informada es fundamental conocer todas las opciones. Las carreras tecnológicas son las que más futuro y oportunidades laborales tienen, las mas versátiles y las que ofrecen mayor flexibilidad para poder conciliar, por ejemplo, trabajando desde casa. Desgraciadamente, el porcentaje de chicas que estudian este tipo de carreras es muy bajo y no podemos permitirnos como sociedad que el futuro no lo estén inventando grupos diversos. En este caso concreto, no podemos permitirnos que las mujeres no formen parte activa de la Cuarta Revolución Industrial y de la definición de la sociedad del futuro y del presente.

Tu discurso de entrada en la Academia de Ingeniería se titulaba Inteligencia Artificial: ficción, realidad y sueños... De todas las previsiones de futuro que se realizan, ¿cuál sería un sueño para ti?

La predicción mas importante es que como sociedad consigamos aprovechar todo el desarrollo tecnológico para el progreso, es decir, para mejorar la calidad de vida de todas las personas del mundo —no solo de unas pocas—, del resto de seres vivos y de nuestro planeta. Nuestro futuro y supervivencia dependen de ello.