CRISIS HUMANITARIAS
¿Qué grandes crisis humanitarias asolan al planeta en la actualidad?
Derechos humanos Solidaridad Integración
La crisis de la COVID-19 ha provocado que algunas de las crisis humanitarias que asolan al planeta hayan quedado en segundo plano, a pesar de que, precisamente, la pandemia las ha exacerbado. Crisis que van desde conflictos armados a desastres naturales que proliferan a causa del cambio climático. A continuación, nos acercamos a esas otras realidades.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) instan a la comunidad internacional a "que nadie se quede atrás". Sin embargo, las crisis humanitarias dejan en la actualidad a millones de personas en una situación de vulnerabilidad insostenible. En diciembre de 2019, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) afirmaba en un comunicado que en 2020 se llegaría al número récord de 168 millones de personas en el mundo necesitadas de ayuda humanitaria debido a conflictos prolongados, economías en deterioro y eventos climáticos extremos. En ese momento, se desconocía que a todas esas causas habría que sumarle una más: la pandemia de COVID-19.
Los estragos ocasionados por el coronavirus a nivel global no tardaron en notarse, agravando las crisis humanitarias. La OCHA calcula ahora que serán 235 millones de personas en todo el mundo las que necesiten asistencia humanitaria y protección en 2021, un aumento del 41 % en un año. Por ello, y a pesar de los esfuerzos conjuntos y del lanzamiento del Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, su secretario general, instó a no olvidar otras urgencias humanitarias: "Si en este momento se desviaran parte de los fondos empleados en la respuesta a las necesidades humanitarias, se crearía un entorno propicio para la propagación del cólera, el sarampión y la meningitis, aumentaría aún más el número de niños malnutridos y cobrarían mayor fuerza los discursos extremistas violentos".
QUÉ ES UNA CRISIS HUMANITARIA
Hablamos de crisis humanitaria ante una situación de emergencia generalizada —sucede a toda una comunidad o grupo de personas de una región— por altos niveles de mortalidad y malnutrición, contagio de enfermedades o epidemias y emergencias sanitarias. O ante la falta de agua limpia, seguridad alimentaria, sanidad y refugio Enlace externo, se abre en ventana nueva.. Normalmente, esta situación deriva de una desprotección previa en lugares donde la desigualdad, la pobreza y la falta de servicios básicos son una constante; y un detonante la agrava: acontecimientos políticos —conflictos armados, golpes de estado, persecuciones étnicas o religiosas, etc.— o catástrofes ambientales —tsunamis, terremotos, tifones, etc.—.
Ante tal situación de deterioro, y no siendo el país que sufre la crisis capaz de mitigarla, se torna imprescindible la ayuda humanitaria para satisfacer las necesidades de la población en riesgo —reparto de alimentos, asistencia sanitaria, reconstrucción de infraestructuras, etc—. La reducción de las cifras de damnificados supondría el fin de la crisis y abriría un periodo de cooperación al desarrollo.
CAUSAS Y EFECTOS DE UNA CRISIS HUMANITARIA
Son varios los factores que pueden desencadenar una crisis humanitaria. A continuación, repasamos algunos de ellos:
Motivos políticos
Los conflictos bélicos y las guerras civiles, además de muertes y hambrunas, desencadenan crisis de refugiados. A finales de 2019, según ACNUR —la agencia de la ONU para los refugiados—, casi 80 millones de personas en todo el mundo se habían visto obligadas a desplazarse de su lugar de origen debido a conflictos y persecuciones. Yemen, Somalia, Sudán del Sur o el norte de Nigeria, son ejemplos de crisis provocadas por conflictos políticos.
Causas ambientales
Son las menos mediáticas y las que menos se denuncian, sin embargo, el impacto que tiene el cambio climático en las crisis humanitarias es abrumador. Según la ONU, el 90 % de los desastres tienen como origen el cambio climático. Y en los últimos 20 años el número de desastres se ha duplicado: inundaciones, sequías, olas de calor y fuertes tempestades arrasan con la vida humana o favorecen situaciones de escasez que obligan, en ocasiones, a emigrar en busca de refugio (desplazados climáticos). En la memoria colectiva está el tsunami en el océano Índico (2004), el terremoto de Haití (2010), la peor sequía de los últimos 60 años en Somalia (2017) o los ciclones Eta e Iota que asolaron consecutivamente Honduras (2020). Según la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), entre 2000 y 2019 1,23 millones de personas murieron por desastres naturales.
Razones sanitarias
Las epidemias pueden generar grandes crisis humanitarias. Teniendo en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1.600 millones de personas viven sin acceso a una atención médica básica, el contagio de enfermedades representa un gran desafío para la ayuda humanitaria. El ébola, con una tasa de mortalidad de entre el 50 % y el 90 % terminó infectando entre 2014 y 2016 a casi 30.000 personas en África Occidental, matando a 11.000 de ellas. La malaria acabó con la vida de 405.000 personas en 2018, casi todas en África subsahariana. La epidemia del VIH se ha cobrado ya 33 millones de vidas y continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial. El cólera, provocado por la falta de saneamiento y la contaminación del agua, puede llegar a producir más de 140.000 muertes al año.
Los efectos de las crisis humanitarias son devastadores para las sociedades que los sufren. Entre ellos, destacan:
Desplazamientos de población
Por conflictos armados, hambrunas o desastres climáticos. Según ACNUR, el 80 % de los desplazados se encuentran en países o territorios afectados por grave inseguridad alimentaria y malnutrición. Siria encabeza la lista de migrantes con 6,6 millones.
Hambre y desnutrición
Las guerras arrasan los campos de cultivo y destruyen las infraestructuras, por lo que el transporte de alimentos y su acceso a los mismos se vuelve inviable. Por su parte, el cambio climático perjudica los cultivos al alterarse los patrones de lluvia y sequía, y desarrollarse plagas que arruinan la labranza.
Falta de servicios básicos
El derecho internacional exige la protección de escuelas y hospitales, así como de su personal. Sin embargo, en muchas ocasiones estos se convierten en objetivo. La ONU ha urgido a actuar para proteger estos servicios básicos en situaciones de conflicto y evitar ataques indiscriminados contra escuelas o universidades, como los producidos en Afganistán, o instalaciones sanitarias, como los bombardeos sobre las que daban respuesta a la COVID-19 en Libia.
LAS PRINCIPALES CRISIS HUMANITARIAS EN LA ACTUALIDAD
Numerosos países sufren crisis humanitarias en la actualidad, pero las que más preocupan a los observadores internacionales son las siguientes:
- Yemen. Son ya cinco años de guerra civil sin cuartel en uno de los países árabes más pobres del mundo. Los conflictos entre los rebeldes hutíes y los partidarios del presidente Hadi, y los bloqueos a la ayuda humanitaria han golpeado duramente a la población civil. El hambre y el cólera han provocado que alrededor del 81 % de la población necesite de esa ayuda para sobrevivir. El conflicto ha desplazado a cuatro millones de personas de sus hogares dentro del país.
- Siria. La brutal guerra civil iniciada en 2011, y que ha arrastrado a potencias internacionales, ha derivado en la mayor crisis de refugiados del mundo. El conflicto inicial, entre partidarios y detractores del presidente Bashar al Asad, se vio agravado con la entrada en escena del Estado Islámico, que creó una guerra dentro de la guerra.
- Afganistán. En el país operan distintos grupos armados, desde los talibanes al Estado Islámico. A la situación insostenible creada por la violencia, se suma una grave sequía que ha provocado más de 200.000 desplazados.
- Haití. En enero de 2010 un terremoto de magnitud siete arrasaba el país causando cerca de 300.000 muertos. La ayuda internacional no se hizo esperar, pero el país lleva una década en constante emergencia tras sufrir diversos ciclones y una gran epidemia de cólera. La situación se ha agravado por la creciente inestabilidad política y la violencia.
- República Centroafricana. Desde 2013, rivalidades religiosas, étnicas y luchas de poder han dado lugar a uno de los conflictos armados con menos repercusión mediática. La violencia creada entre la minoría musulmana liderada por el grupo Seleka y la mayoría cristiana de los antibalaka ha propiciado continuos genocidios y violaciones de los derechos humanos.
SOLUCIONES A LAS CRISIS HUMANITARIAS: LA AYUDA HUMANITARIA
Según la OCHA, la ayuda humanitaria es el conjunto de acciones emprendidas para ayudar, proteger y defender a las personas afectadas por un desastre, tanto sus vidas como sus medios de subsistencia. Se trata, por tanto, de salvaguardar las vidas humanas, aliviar su sufrimiento, mantener su dignidad y garantizar su acceso a servicios básicos como la alimentación, la atención médica, el agua o el refugio. Además de esto, la acción humanitaria ha de proteger los derechos fundamentales mediante la defensa de los derechos humanos, dando testimonio, denunciando, ejerciendo presión política y ofreciendo acompañamiento.
Según el Informe 2020 de Development iniciatives - Global Humanitarian Assistance, en 2019 fue Estados Unidos, a través de donaciones privadas, quien más dinero aportó a la ayuda humanitaria (5.850 millones de euros), seguido de Alemania (2.758) y Reino Unido (2.590). En cuarto lugar, se situaba la Unión Europea (1.922). La mayor parte de este dinero fue a parar a Yemen (4.178 millones de euros), seguido de Siria (1.922) e Irak (1.086).
A nivel institucional, la ONU se hace cargo de las crisis humanitarias a través de distintas organizaciones, como la ya mencionada Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) o el Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF). A su vez, otras entidades clave prestan ayuda humanitaria: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).