Seguridad alimentaria
La importancia de la seguridad alimentaria: ¿qué factores la ponen en peligro?
La disponibilidad de los alimentos, el acceso de las personas a ellos y un consumo nutricionalmente adecuado son los tres pilares sobre los que se asienta el concepto de seguridad alimentaria. El cambio climático, la escasez de recursos hídricos o la degradación de los suelos son algunas de las amenazas que la ponen en peligro a nivel mundial, a la que hay que sumar ahora los efectos socio-económicos de la pandemia de COVID-19.
La lucha contra el hambre es un desafío global, así lo establece la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El ODS 2 insta a acabar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030, especialmente la que afecta a la infancia, y resalta la importancia de la agricultura sostenible. En el mundo, tal y como alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se dan situaciones paradójicas, como que en los últimos años haya aumentado el hambre en paralelo a otras formas de malnutrición como la obesidad.
Qué es la seguridad alimentaria
El concepto de seguridad alimentaria nace en la década de los 70. Su evolución, hasta la definición actual, ha incorporado diferentes variables económicas y socioculturales. Según la FAO, en una definición establecida en la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) de Roma en 1996, la seguridad alimentaria se da cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable.
Importancia de la seguridad alimentaria (fundamentos)
Según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019 de la FAO, se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria —incluso en América Septentrional y en Europa, donde se calcula que el 8 % de la población la padece—. Estos datos prueban que la seguridad alimentaria, aunque no afecte a todos por igual, es un problema global. Los fundamentos que nos permiten establecer los niveles de seguridad alimentaria son los siguientes:
Disponibilidad
Hace referencia a la producción, las importaciones, el almacenamiento y también a la ayuda alimentaria entendida como una transferencia en caso de necesidad, ya sea a nivel local o nacional.
Estabilidad
La inseguridad alimentaria puede ser transitoria debido a cuestiones relacionadas con el carácter estacional de las campañas agrícolas o el cíclico de las crisis económicas. Para evitarla es importante el almacenamiento.
Acceso
La falta de acceso a los alimentos puede deberse a cuestiones físicas —cantidad insuficiente de alimentos, aislamiento de las poblaciones— o socioeconómicas —precios elevados, falta de recursos monetarios—.
Consumo
La ingesta de alimentos debe responder a las necesidades nutricionales, pero también a las preferencias alimentarias.
Tipos y ejemplos de inseguridad alimentaria
La utilización biológica de los alimentos, que vincula estado nutricional y estado de salud, proporciona la definición aceptada de inseguridad alimentaria, es decir, la ingesta insuficiente de alimentos, ya sea transitoria —en épocas de crisis—, estacional —campañas agrícolas— o crónica —cuando es continua—. En 2013 la FAO puso en marcha el proyecto Voices of the Hungry y estableció una Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES) que mide el acceso de las personas o los hogares a los alimentos. Los niveles son los siguientes:
- Inseguridad alimentaria leve. Se produce cuando existe incertidumbre acerca de la capacidad para obtener alimentos.
- Inseguridad alimentaria moderada. Cuando la calidad de los alimentos y su variedad se ve comprometida o se reduce drásticamente la cantidad ingerida o, directamente, se saltan comidas.
- Inseguridad alimentaria grave. Se llega a este punto cuando no se consumen alimentos durante un día o más.
La inseguridad alimentaria, como es lógico, tiene efectos muy nocivos para la salud, especialmente entre los más pequeños. Desde la muerte por diarrea —es la segunda mayor causa de muerte en niños menores de cinco años según la Organización Mundial de la Salud (OMS)— a la reducción del rendimiento escolar o los retrasos en el crecimiento.
Causas de la seguridad alimentaria: retos y amenazas
Según la ONU, en la actualidad una de cada nueve personas en el mundo está subalimentada —un total de 815 millones de personas—. La previsión es que esa cifra alcance los dos mil millones de personas en el año 2050 si no se toman medidas. Pero ¿cómo hemos llegado a esta situación? Las causas son múltiples, pero a continuación repasamos la principales:
Degradación de los suelos
Escasez de agua
Contaminación atmosférica
Cambio climático
Explosión demográfica
Crisis económicas y problemas de gobernanza
VER INFOGRAFÍA: Consejos para hacer una compra responsable y segura [PDF]
En los últimos meses, un nuevo actor —la crisis del coronavirus y sus derivadas sociales y económicas— ha entrado en juego para poner en peligro la distribución de alimentos y, en consecuencia, la seguridad alimentaria. Qué cantidades llegan a los supermercados en las sociedades más desarrolladas o cómo se agravan problemas endémicos en aquellas que ya padecían inseguridad alimentaria, son solo dos de las problemáticas. En el caso de las primeras, para evitar un desabastecimiento que merme la seguridad alimentaria es fundamental hacer una compra sostenible y tomar las medidas adecuadas en lo relativo a la prevención de los contagios.