Qué es una ecoaldea

Las ecoaldeas como alternativa ecológica

Sociedad Naturaleza

Las ecoaldeas son pequeñas comunidades autosuficientes que viven por y para el medio natural. Existen unas 10.000 en todo el mundo, se desarrollan sobre todo en áreas rurales y sus habitantes construyen sociedades basadas en la cooperación, el autoconsumo, las energías renovables y los materiales ecológicos. Conoce cómo funcionan...

La población de las ecoaldeas suele oscilar entre los 50 y los 250 individuos.
La población de las ecoaldeas suele oscilar entre los 50 y los 250 individuos.

Las ecoaldeas o comunidades ecológicas

El origen de estas villas es incierto, pero su reconocimiento internacional se produjo en 1995 durante un encuentro en Escocia de ecoaldeas de todo el mundo. De este simposio nació la Red Global de Ecoaldeas (GEN), que estableció las bases del movimiento actual y ejerce hoy de puente entre los miles de proyectos que hay repartidos por los cinco continentes.

Robert Gilman, filósofo estadounidense y uno de los principales teóricos de estas comunidades ecológicas, las definió en 1991 como asentamientos humanos con todo lo importante para la vida, que promueven un desarrollo saludable, resultan sostenibles a futuro y cuyas actividades transcurren en total armonía con la naturaleza.

El desarrollo de las ecoaldeas se sustenta en un principio fundamental: el cuidado de las personas y del entorno. Propone un modelo de vida solidario y ecológico, donde los miembros de una comunidad se ayudan para crear sociedades más éticas, justas e igualitarias.

Las ecoaldeas suelen oscilar entre los 50 y los 250 individuos, aunque a veces pueden superar el millar. Todos sus habitantes comparten unos objetivos y colaboran entre sí para conseguirlos. ¿Cómo? Organizan reuniones periódicas donde comparten experiencias e impulsan prácticas sostenibles en economía, sociedad, cultura y medio ambiente.

Los beneficios de las ecoaldeas

  Aprovechan los recursos naturales
El respeto a la naturaleza incluye el uso de energías renovables como la solar y la eólica. También la construcción con materiales ecológicos como el barro, la madera o la paja.

  Rehabilitan el entorno
Las comunidades ecológicas no solo evitan degradar el medio ambiente, además regeneran los ecosistemas donde viven (reciclan, reforestan, recuperan hábitats, etc.).

  Educan a la ciudadanía
Las ecoaldeas promulgan valores positivos como el ecologismo, la solidaridad, la igualdad, la tolerancia, la generosidad, la diversidad, la hospitalidad, el respeto, la colaboración entre las personas y la autosuficiencia.

  Mejoran la convivencia
Su compromiso con estos ideales trae consigo ciudadanos más dialogantes y participativos, que resuelven sus conflictos mediante la palabra y se involucran más en la toma de decisiones.

  Economía responsable
Apuestan por tecnologías regenerativas y actividades como la arquitectura bioclimática y la agricultura ecológica, sin máquinas que dañen el suelo ni pesticidas químicos. Así, consumen menos energía y favorecen la lucha contra el calentamiento global.

La aportación de las ecoaldeas al desarrollo sostenible

Unos 3.500 millones de personas —el 50% de la humanidad— se concentran hoy en las ciudades. Son datos de la ONU, que vaticina 5.000 millones para 2030. Además, según este organismo, las metrópolis —apenas un 3% del territorio mundial— representan entre el 60 % y el 80 % del gasto energético total y el 75% de las emisiones de carbono.

Naciones Unidas advierte de que la urbanización amenaza también los suministros de agua dulce, las aguas residuales o la salud pública. El temor de la comunidad internacional a posibles daños irreversibles ha puesto en valor el modelo sostenible de las ecoaldeas. Son un ejemplo de cómo vivir el progreso sin comprometer el futuro del planeta.

Las mejores iniciativas de la GEN en 2017 —premiadas con el Hildur Jackson Award— fueron la construcción de un centro de terapias alternativas para dar a luz en Kenia, un proyecto en México para reconstruir de forma sostenible algunas zonas afectadas por los terremotos de Puebla y Chiapas, y un plan para edificar viviendas accesibles con materiales de desecho en áreas rurales de la India.

Los grandes hitos de las ecoaldeas.
Los grandes hitos de las ecoaldeas.

  VER INFOGRAFÍA: Los grandes hitos de las ecoaldeas [PDF]

Ecoaldeas en el mundo

La Red Global de Ecoaldeas, según recoge su último informe anual (2017), tiene censadas unas 10.000 comunidades ecológicas en 114 países, 35 redes estatales, 135 embajadores de la GEN, 130 formadores, 32 asociaciones y 23 gobiernos interesados en implementar este tipo de programas a nivel interno. Entre las ecoaldeas más significativas destacan:

  • La Montaña (Chile). En marcha desde 1992, ofrece empleos voluntarios de uno a doce meses para integrarse en la vida de la comunidad. Aboga por una sociedad y un estilo de vida sostenible con el medio ambiente.
  • Yarrow EcoVillage (Canadá). Se fundó en 2001 y se ubica en una antigua granja lechera de 10 hectáreas. Alberga zonas dedicadas a vivienda y otras al cultivo. Tienen un proyecto de ampliación para crear un pueblo con capacidad para 35 hogares.
  • The Farm (EE. UU.). Nació en 1971 y con 220 miembros es una de las ecoaldeas más grandes y antiguas del país. Ha sido premiada en varias ocasiones por su activismo en defensa de los derechos indígenas.
  • Las Gaviotas (Colombia). Fundada en 1971 por un grupo de ingenieros y científicos que aspiraban a llevar una vida sostenible. De 1980 a 1990 operó un hospital para atender a la población indígena. Desarrolló varios inventos en favor de la comunidad.
  • Konohana Family (Japón). Esta ecoaldea rural data de 1993 y se encuentra a los pies del monte Fuji. Sus cerca de 100 integrantes se consideran una familia, aunque no les unen lazos de sangre. Se dedican a la agricultura.
  • Crystal Waters (Australia). Nació en 1986 y acoge a más de 200 personas. En 1996 recibió el World Habitat Award y viven del comercio, el turismo, la industria lumínica y las actividades educativas.
  • Ecovillage Madagascar (Madagascar). Empezó en 2013 y cuenta con 11 miembros. Se dedican a mejorar la calidad de vida de la población rural, inculcarles prácticas sostenibles en economía y medio ambiente e investigar y recuperar espacios naturales.


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En Iberdrola trabajamos para ser más respetuosos con la naturaleza en nuestras tres áreas estratégicas de sostenibilidad: acción climática, protección de la biodiversidad y economía circular.

Por ello, nuestro modelo de negocio sostenible se basa en el modelo de economía circular, un sistema de aprovechamiento de los recursos en el que prima la reducción del uso de nuevas materias primas a través de la eficiencia en procesos, las extensiones de vida de los productos y la apuesta decidida por la reutilización y reciclado de materiales.