Deforestación Amazonas

La deforestación hace saltar las alarmas en la Amazonia, ¿cómo podemos frenarla?

Naturaleza

Considerada el pulmón del mundo, la selva amazónica ha perdido desde 1970 una superficie forestal superior al tamaño de Francia, según datos de Greenpeace. Detrás de esta desaparición masiva de bosque tropical se encuentra la deforestación, en gran medida ocasionada por la mano del hombre. A continuación, exponemos los preocupantes datos, las consecuencias para el planeta y el ser humano y qué soluciones se plantean.

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La creciente deforestación de la Amazonia durante las últimas décadas se ha convertido en un problema medioambiental.

Con una superficie de alrededor de siete millones de km2, la Amazonia es el bosque tropical más grande del planeta. En concreto, se extiende por nueve países, entre los que destacan Bolivia, Perú, Colombia y, especialmente, Brasil —alberga el 60 %—. Declarada en 2011 como una de las siete maravillas naturales del mundo, está considerada el pulmón del planeta, además de una reserva única de biodiversidad y el hogar de culturas indígenas ancestrales que nos ayudan a comprender mejor quiénes somos.

La deforestación del Amazonas en la actualidad

Desde 1970, según datos de Greenpeace, solo la Amazonia brasileña ha perdido una superficie forestal superior al tamaño de Francia. Este mismo año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, se batía el record de deforestación en un mes de abril con 580 km2 perdidos, un 42 % más que en el mismo mes de 2020. Un dato poco halagüeño si tenemos en cuenta que la temporada seca, la de mayor destrucción, empieza en mayo y alcanza su apogeo en agosto.

Las cifras son especialmente preocupantes, además, porque duplican las de hace solo unos años. En 2012 la deforestación en la Amazonia brasileña se redujo hasta los 4.571 km2, la cifra más baja desde que el INPE comenzara a realizar mediciones por satélite en 1988 a través del programa TerraBrasilis. La cifra más alta, en cambio, se dio en 1995 con 29.059 km2 de selva desaparecidos, seguida por los 27.772 km2 de 2004. A partir de entonces, con la llegada de Lula da Silva al gobierno, esa cifra fue cayendo hasta alcanzar el mínimo citado de 2012 para, a continuación, rebotar hasta los alarmantes datos actuales.

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La deforestación del Amazonas brasileño durante el siglo XXI.

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Causas de la deforestación en el Amazonas

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un 80 % de la pérdida de bosques en Brasil se relaciona directa o indirectamente con la ganadería. El país carioca es, de hecho, el principal exportador de carne del mundo y, de acuerdo con el Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM), las áreas con las mayores tasas de deforestación y más brotes de incendios se encuentran cerca de las ciudades con mayor concentración de cabezas de res.

Asimismo, otra de las principales causas de la deforestación del Amazonas es la explotación forestal, aquellas actividades relacionadas con la tala de árboles, realizada en gran parte de forma ilegal. El mercado de madera tropical alrededor del mundo depende en gran medida de la destrucción de la selva amazónica y Estados Unidos, Francia, Portugal, Bélgica y Países Bajos se encuentran entre los países que más madera de Ipé, árbol brasileño en peligro de extinción, importan de manera ilegal.

Consecuencias de la deforestación en el Amazonas

Como no podía ser de otra manera, la deforestación de la Amazonia tiene efectos adversos. Entre ellos, cabe destacar:

 Calentamiento global

De acuerdo con Greenpeace, en la década de los 90 la selva amazónica absorbía 2.000 millones de toneladas de CO2, una cifra que, en la actualidad, se ha reducido a la mitad. La subsiguiente acumulación de mayores cantidades de CO2 en la atmósfera contribuye al cambio climático, aumentando la temperatura del planeta a causa del efecto invernadero.

 Pérdida de biodiversidad

Se calcula que la selva amazónica alberga el 10 % de la fauna conocida —también un gran número de la desconocida, oculta entre su exuberante vegetación— y el 20 % de la flora —más de 10.000 de sus plantas contienen ingredientes para uso médico o cosmético—. La destrucción de su hábitat las sitúa al borde de la extinción, impulsando la pérdida de biodiversidad.

 Enfermedades zoonóticas

Según un informe de WWF, el 70 % de las enfermedades humanas son producidas por la destrucción de la naturaleza. En el caso del Amazonas, siendo la mayor selva tropical del planeta, su progresiva deforestación puede provocar un considerable aumento de las enfermedades zoonóticas —de origen animal, como la COVID-19— con graves consecuencias sobre la salud humana.

Soluciones a la deforestación en el Amazonas

En su cruzada por proteger la selva amazónica, las organizaciones ecologistas demandan una serie de compromisos a los diferentes actores de la sociedad:

  • Gobierno. En el foco de todas las miradas está el actual gabinete brasileño, a quien se le urge a implantar una política de deforestación cero que revierta la situación.
  • Empresas. Se les solicita que implanten políticas de responsabilidad corporativa que eviten su implicación en proyectos con algún tipo de impacto negativo sobre el Amazonas.
  • Organismos supranacionales. A la Unión Europea, por ejemplo, se le reclama que apruebe medidas para impedir el comercio de materias primas procedentes de la deforestación amazónica.
  • Sociedad civil. La adopción de un estilo de vida sostenible, incluyendo un menor consumo de carne, contribuye a reducir la degradación de la Amazonia.
  • Reforestación. En Brasil destaca, por ejemplo, la iniciativa que lleva a cabo el Instituto Terra del afamado fotógrafo Sebastião Salgado y que ha devuelto el verde a la región de Aimorés.