QUÉ ES EL DARWINISMO DIGITAL
Darwinismo digital o cómo sobrevivir a la revolución tecnológica
De acuerdo con la primera lista de la revista Fortune publicada en 1955, 429 de las 500 compañías más importantes del mundo ya no existen. En una sociedad tan volátil como la actual, en la que la revolución digital está cambiando la forma en que consumimos, nos comunicamos y nos informamos, las empresas, al igual que las especies, están obligadas a adaptarse para sobrevivir.
¿QUÉ ES EL DARWINISMO DIGITAL?
La Cuarta Revolución Industrial ya está aquí. Y como cualquier revolución, trae consigo cambios profundos. Las nuevas tecnologías serán las protagonistas de esta transformación e impactarán en los modelos de producción, en la mano de obra, en la relación con los consumidores, etc. La Inteligencia Artificial (IA), el machine learning, el big data, las impresoras 3D y 4D, el 5G, la Realidad Virtual, el blockchain, la Realidad Aumentada o el Internet of Things (IoT) son algunas de las tecnologías que marcarán nuestro presente y nuestro futuro.
Para sobrevivir a la Cuarta Revolución Industrial hay que adaptarse a esta nueva realidad: más rápida, más volátil, más incontrolable. Ante este contexto, hay quien habla de darwinismo digital. Este concepto, que actualiza la teoría de Charles Darwin —"las especies que sobreviven no son las más fuertes, rápidas o inteligentes, sino las que mejor se adaptan al cambio"—, hace referencia a la necesidad de empresas y personas de adaptarse a las nuevas coyunturas que han surgido de la mano de la digitalización. Y de alguna manera seguimos hablando de supervivencia porque aquellos que no se adapten quedarán rezagados.
El término lo popularizó el escritor y experto en marketing Tom Goodwin, que defiende la revolución digital no solo como la adopción de nuevas tecnologías, sino como una ruptura con los procesos y las estrategias del pasado. "La transformación digital depende en un 99% de las personas y la cultura", asegura Goodwin. Es decir, la transformación digital de los negocios está en repensar las necesidades de la compañía y en utilizar las nuevas tecnologías para adoptar soluciones.
LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL Y EL CAMBIO DE MENTALIDAD
"En 1960 la vida media de las compañías era de 60 años, en 2020 será de 20". Esta frase de Marco Comastri, presidente EMEA de CA Technologies, expresa a la perfección hasta qué punto una ágil adaptación al cambio es vital para obtener una ventaja competitiva y sobrevivir. El mundo digital se está acelerando y las empresas tienen dos escenarios: uno es comportarse como si nada estuviera sucediendo y el otro es incorporarse a la nueva oportunidad.
Sobrevivir en el nuevo escenario pasa obligatoriamente por la transformación digital de la empresa, es decir, por adoptar la tecnología necesaria para afrontar los cambios en los comportamientos de los clientes. Pero no basta con invertir en tecnología sin más. Como dice Aaron Levie, CEO y fundador de BOX —compañía de almacenamiento en la nube—, "añadir software a un proceso obsoleto no es digitalizar la empresa".
La innovación no es solo adquirir la mejor tecnología, también es renovar los procesos que permiten desarrollar nuevas maneras de interactuar con la tecnología para obtener el mayor rendimiento de la misma. Al mismo tiempo, se vuelve imprescindible transformar las organizaciones a nivel humano para que estas puedan sacar partido de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Parece que la innovación es una cuestión exclusiva de las start-ups, pero eso no es así... La innovación y la adaptación al cambio deben formar parte del ADN de todas las empresas y de todos sus miembros.
LAS CLAVES PARA ADAPTARSE A LA REVOLUCIÓN DIGITAL
La era digital ha impuesto nuevos modelos de negocio, nuevos medios de pago, nuevas formas de comprar, informarse, comunicarse y relacionarse en los que el shakesperiano dilema ser o no ser —a nivel digital— no cabe si se quiere sobrevivir. Basta echar la vista atrás unos años para recordar como grandes empresas cayeron por no evolucionar a tiempo. Para evitar verse reflejadas en aquellas, muchas otras han asumido ya la importancia de evolucionar en términos digitales.
Pese a todo, no habrá conversión digital exitosa si no se pone al cliente en el centro (user-centric) de la estrategia del negocio y para situarlo ahí primero hay que conocerlo. ¿Cómo? Analizando la información que genera. Si se exprimen adecuadamente los miles de gigabytes de datos que se generan cada día en el mundo, se convierten en oro. Y aunque a priori muchas empresas pueden pensar que el big data está solo al alcance de las grandes, cualquiera, en mayor o menor medida, puede acceder a la minería de datos si apuesta por los perfiles y las herramientas adecuadas.
Los consumidores también han cambiado y son más exigentes que nunca. Ahora están permanentemente conectados, lo que provoca que dispongan de más información y que quieran ver sus demandas satisfechas de manera más inmediata. Ya no desean el mejor producto al precio más competitivo, ahora demandan un servicio inigualable con una atención personalizada que repercuta en una experiencia positiva. Es decir, la clave está en ofrecer una experiencia de cliente excelente. Así, las empresas que mejor se adaptan a la nueva realidad son aquellas que consiguen satisfacer las necesidades de sus clientes de manera simple, intuitiva y correcta