La personalidad en el trabajo

¿Afecta tu personalidad a tu desarrollo profesional?

Alto rendimiento Productividad laboral Competencias profesionales

Los idiomas, la experiencia, la formación o los conocimientos son elementos fundamentales a la hora de desempeñar tu profesión y de potenciar tu carrera, pero hay un elemento que, pese a pasar más desapercibido, también ejerce una enorme influencia: tu personalidad. A continuación, analizamos los tipos de personalidad y cómo pueden afectar a tu día a día.

La palabra personalidad viene del latin
La palabra personalidad, etimológicamente, procede del latín 'personalitas' y significa máscara.

Nuestra personalidad puede afectar enormemente a nuestro desarrollo profesional, tanto en sentido positivo como negativo. De hecho, un estudio realizado por Truity, compañía americana especializada en tests online de personalidad para organizaciones empresariales, señala que "nuestra forma de ser resulta determinante en nuestras decisiones, objetivos, éxitos y oportunidades". Por esa razón, conocer nuestra personalidad puede ser una excelente manera de descubrir nuestros puntos fuertes y débiles, y de actuar en consecuencia.

Tipos de personalidad 

Hablamos constantemente de la personalidad. Por ejemplo, a menudo nos referimos a personas de nuestro entorno diciendo "tiene mucha personalidad" o "le falta personalidad" cuando en realidad nos estamos refiriendo al carácter. Entonces, ¿qué es la personalidad? Etimológicamente hablando, personalidad, del latín personalitas, significa máscara, pero desde un punto de vista psicológico la definición va mucho más allá. Según Gordon Allport, psicólogo estadounidense pionero en el estudio de la personalidad, es "la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar única en cada sujeto en su proceso de adaptación al medio".

A pesar de ser única, personal e intransferible, los expertos coinciden en señalar que la personalidad se puede clasificar en tipos: ocho, según el psicólogo suizo y padre de la psicología analítica, Carl Jung; dieciséis, según las investigadoras Myers-Briggs; o cuatro, según un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Northwestern (EE.UU.) que ha sido ampliamente aceptado en el ámbito de la psicología moderna por su carácter científico —fue elaborado con técnicas de big data— y por la enorme muestra empleada —más de 1,5 millones de individuos—. Los cuatro tipos son los siguientes:

 Promedio

Presentan rasgos de responsabilidad, amabilidad y comprensión. Son extravertidos al tiempo que muestran cierto grado de neuroticismo —inestabilidad emocional— y suelen tener pocas expectativas en cuanto a la búsqueda de nuevas experiencias y aprendizajes.

 Reservada

Son emocionalmente estables, amables, empíricos y responsables, pero también son tímidos, inseguros y algo neuróticos. Suelen poner distancia con los demás.

 Egocéntrica

Son muy extravertidas, pero poco francas. También tienden a ser controladoras, tienen aires de superioridad y están centradas en sí mismas. El estudio la cataloga como un tipo de personalidad tóxica tanto para ellos como para los demás.

 Modelo a seguir

A grandes rasgos tienen poco de lo negativo —neuroticismo, egocentrismo, etc.— y mucho de lo positivo —extraversión, amabilidad, etc.—. Tienen un alto grado de inteligencia emocional y están llamados a ejercer el liderazgo.

La personalidad en el ámbito laboral 

¿De qué nos sirve conocer nuestra personalidad? ¿De qué manera puede ayudarnos en nuestra carrera profesional? Sirve, por ejemplo, para descubrir en qué ámbitos somos especialmente buenos y orientarnos hacia determinadas áreas, proyectos o sectores. También nos ayuda a aceptarnos como somos para no frustrarnos. La buena noticia es que, aunque los patrones de personalidad son difícilmente modificables, se pueden regular y aprender a gestionar. Por ello, nunca hay que cerrarse puertas.

Los psicólogos Robert Hogan y Joyce Hogan identificaron hace ya 20 años once elementos de la personalidad —atrevido, precavido, dicharachero, diligente, complaciente, irascible, imaginativo, ocioso, malicioso, reservado y escéptico— que, llevados al extremo, pueden ser perjudiciales en el entorno laboral. Esa fue la conclusión a la que llegaron los psicólogos Gaddis y Foster en su estudio Metaanálisis de las características de la personalidad del lado oscuro y las conductas críticas del trabajo entre los líderes de todo el mundo. En concreto, aseguraban que algunas de estas características, aparentemente positivas y socialmente aceptadas, pueden perjudicar el desempeño diario si están muy agudizadas y, en consecuencia, tener un impacto negativo sobre la compañía.

Las mejores cualidades para encontrar trabajo
Las mejores cualidades para encontrar trabajo.

Cómo se evalúa la personalidad 

La personalidad puede medirse mediante pruebas o tests de evaluación, como el Indicador Myers-Briggs (MBTI), el test de Hogan, el test de los colores, el perfil DISC y muchos otros que, aunque pueden diferir en el enfoque, la formulación y los objetivos, a grandes rasgos persiguen lo mismo: poner sobre la mesa la personalidad que nos define. Se trata de cuestionarios, más o menos extensos, que hay que responder con espontaneidad en un tiempo determinado.

La mayoría de ellos se enmarcan en dos categorías: introspectivos y proyectivos. Los introspectivos consisten en preguntas cerradas —sí, no, no sé— que fuerzan a elegir una alternativa. La información que extraen se recopila en un perfil de rasgos diferenciales de personalidad que mide el grado de autoconfianza, sinceridad, lealtad, agresividad, sociabilidad, estabilidad emocional, etc. Los proyectivos, por contra, plantean situaciones viables en las que hay que proponer una solución. La respuesta, por tanto, es abierta e identifica la personalidad de cada individuo.