Qué es la alimentación sostenible
Sostenibilidad alimentaria, una receta contra la contaminación
Salud Alimentación Acción climática
Somos lo que comemos y mantener una dieta sostenible refuerza nuestro compromiso con el medio ambiente. Este tipo de alimentación saludable es rica en verduras, fomenta el consumo de productos locales, genera menos residuos y limita el consumo de carne y pescado para proteger la biodiversidad.
Casi todos nos esforzamos por comer de forma sana y equilibrada pero, ¿sabemos cómo afecta nuestra dieta al bienestar social y a la salud del planeta? Muchos de nuestros hábitos alimenticios son deliciosos para el paladar, pero muy poco sostenibles para el medio ambiente, la economía y la realidad sociocultural de los países.
Impacto de la alimentación en el medio ambiente
La producción de alimentos deja un sabor bastante amargo en la naturaleza. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la industria alimentaria es responsable del 30% del consumo energético mundial y de un 22% de los gases que provocan el calentamiento global. Tan solo la ganadería supone el 14% de estas emisiones a escala planetaria, tal y como señaló Greenpeace en un informe de 2018 sobre sostenibilidad alimentaria. Los cálculos de la Food and Agriculture Organization (FAO) señalan que para el año 2050 seremos más de 9.000 millones de seres humanos en el planeta y que vamos a necesitar producir un 60% más de alimentos.
Nuestros mares también sufren las consecuencias de una dieta poco responsable. La pesca masiva para satisfacer la demanda de pescado provoca la degradación de la biodiversidad y de los ecosistemas marinos. En 2020, la producción pesquera llegó ya a más de 200 millones de toneladas, siendo 20,2 kg per cápita la cantidad destinada a consumo, lo cual duplica los datos que había en 1960, cuando eran 9,9 kg per cápita. Esto ha provocado que solo un 64,6 % de las especies sean ahora mismo sostenibles dentro del ecosistema marino.
La salud es la otra gran damnificada de nuestra dieta. El sistema alimentario vigente resulta perjudicial y enfermedades como la obesidad aparecen vinculadas al consumo de productos de origen animal, cereales refinados y azúcar. Greenpeace afirma en un estudio publicado recientemente que las dietas pobres en verduras, frutas y cereales integrales causan uno de cada cinco fallecimientos a nivel mundial y representan uno de los factores de riesgo más habituales en el desarrollo de enfermedades y de muertes prematuras.
Ventajas de un sistema alimentario sostenible
Cada vez son más los países que, como Alemania, Brasil o Suecia, incluyen la sostenibilidad alimentaria en sus políticas alimentarias y guías educativas para el consumidor, tal y como recomienda la FAO. Estos son, según dicha institución, algunos de los beneficios de una dieta sostenible:
Actúa contra el cambio climático
Las emisiones globales de gases de efecto invernadero descenderían un 64% para 2050 si redujéramos un 50% la producción y el consumo de alimentos de origen animal.
Protege los bosques
La producción sostenible de alimentos prevendría la deforestación al dedicarse menos tierra a la ganadería. Actualmente, la ganadería es la principal responsable de la deforestación del Amazonas, con un 75 % de la reducción de este pulmón verde.
Mejora la salud y contribuye a la seguridad alimentaria
Una dieta más sostenible evitaría 11 millones de muertes prematuras, tal y como asegura un estudio de 2019 publicado en la revista científica The Lancet.
Favorece la supervivencia de especies amenazadas
Entre el 20 y el 40% de los mamíferos y aves que podrían extinguirse para 2060 tendría alguna opción de sobrevivir. 24.000 de las 28.000 especies en riesgo de extinción lo están, al menos en parte, por culpa de la agricultura y la ganadería, es decir, un 86 % de todas las especies en extinción.
Preserva los recursos hídricos
Con una dieta más sostenible se gastaría menos agua y se reduciría la contaminación de ríos y zonas costeras a causa de la ganadería o el cultivo de alimentos para animales.
La agricultura ecológica y la pesca artesanal
La agricultura ecológica es una forma de cultivo responsable capaz de producir alimento suficiente para toda la población minimizando los daños medioambientales. Esta actividad se puede compaginar con una ganadería más sostenible, donde los animales se críen de forma respetuosa y sin sufrimiento. Aun así, para lograr la sostenibilidad alimentaria es fundamental que reduzcamos el consumo de carne y el desperdicio de alimentos.
Con el objetivo de apoyar este tipo de agricultura, la Unión Europea ha aumentado la legislación para recibir el sello ecológico, el cual ahora tiene que pasar mayores controles, pero ayuda a los pequeños agricultores para cambiar de modelo, aumentando también las barreras a productos exteriores para entrar en el mercado europeo.
La industria pesquera, por su parte, debe optar por métodos que protejan los ecosistemas marinos y favorezcan el empleo a gran escala, como la pesca artesanal de bajo impacto. Para ello, los gobiernos deben impulsar políticas que garanticen el derecho de estos pescadores y sus comunidades a cubrir sus necesidades nutricionales básicas.
Modelo de economía circular en el Grupo Iberdrola
En Iberdrola trabajamos para ser más respetuosos con la naturaleza en nuestras tres áreas estratégicas de sostenibilidad: acción climática, protección de la biodiversidad y economía circular.
Por ello, nuestro modelo de negocio sostenible se basa en el modelo de economía circular, un sistema de aprovechamiento de los recursos en el que prima la reducción del uso de nuevas materias primas a través de la eficiencia en procesos, las extensiones de vida de los productos y la apuesta decidida por la reutilización y reciclado de materiales.