Infraestructuras sostenibles
Infraestructuras sostenibles, claves en la lucha contra el cambio climático
El mundo necesita invertir 90 billones de dólares en infraestructuras sostenibles de aquí a 2030, según estimaciones de The New Climate Economy. Estas inversiones son imprescindibles tanto para renovar los viejos equipamientos de los países desarrollados y alinearlos a la lucha contra el cambio climático, como para apuntalar un crecimiento económico verde en los mercados emergentes y los países en vías de desarrollo.
Hace 9.000 años la ciudad cisjordana de Jericó llegó a ser la más poblada del mundo con apenas 2.000 habitantes, una cifra considerable para la época pero insignificante al lado de las grandes megalópolis de nuestros días, como Tokio (Japón), Delhi (India) o Shanghái (China). Según el último estudio poblacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), todo apunta a que en 2030 tendremos más ciudades y megaciudades que nunca, con el 60 % de la humanidad viviendo en ellas.
Las ciudades y el cambio climático
El crecimiento de las ciudades trae consigo oportunidades, prosperidad y bienestar para muchos de sus habitantes, pero también genera importantes desequilibrios sociales, económicos y medioambientales. Por ejemplo, la ONU subraya que el 70 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) proceden de los núcleos urbanos, en su mayoría mal diseñados, con un transporte público insuficiente y un alto consumo energético.
Sin embargo, el mundo tiene cabida para otro tipo de ciudades: más compactas, sostenibles y resistentes frente a los efectos del cambio climático. Estas urbes que propone la ONU en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 9) sustentan su crecimiento económico y el bienestar de sus ciudadanos en torno a sectores como la innovación, la investigación, la construcción de infraestructuras sostenibles y una industria más inclusiva y respetuosa con el medio ambiente.
Qué son las infraestructuras sostenibles
El concepto de infraestructuras sostenibles hace referencia a los equipamientos y sistemas destinados a prestar servicios esenciales para la ciudadanía —carreteras, puentes, torres de telefonía, centrales hidroeléctricas, etc.— que cumplen con principios de sostenibilidad en todos los sentidos. Esto significa que estas infraestructuras son respetuosas con el medio ambiente de principio a fin y, además, lo son en términos económicos, financieros, sociales e institucionales.
El crecimiento exponencial de las zonas urbanas, sobre todo en los países emergentes, ha destapado la importancia de las infraestructuras sostenibles al ser más eficientes, productivas y ecológicas. Asimismo, como sostiene el Banco Mundial, estas instalaciones resultan más rentables ya que proporcionan servicios más confiables, resisten mejor los fenómenos climáticos extremos y amortiguan el impacto de las amenazas naturales en las personas y la economía.
Ventajas de las infraestructuras sostenibles
La sustitución de las viejas infraestructuras urbanas por otras más modernas y sostenibles convertirá las ciudades en lugares más habitables e inclusivos. Esto requerirá de una inversión billonaria a nivel global durante la próxima década pero, si lo hacemos bien, nos situará en la senda del crecimiento económico. A continuación, resumimos los principales beneficios que nos aportan las infraestructuras sostenibles:
Reducen la huella ambiental y de carbono
Una mejor planificación urbanística con infraestructuras más sostenibles le evitarían al planeta unas 3,7 gigatoneladas anuales de CO2 en los próximos 15 años según The New Climate Economy.
Impulsan las energías renovables
La descarbonización de la economía, junto al desarrollo de una red eléctrica digitalizada y descentralizada, podría llevar electricidad a los mil millones de personas en el mundo que no tienen acceso a ella.
Crean empleos verdes
En el caso de las energías renovables, por ejemplo, se podría pasar de los 2,3 millones de empleos verdes actuales a unos 20 millones para el año 2030.
Impulsan un crecimiento económico verde
La construcción de infraestructuras sostenibles constituye uno de los pilares de la nueva economía, basada en la acción por el clima y la sostenibilidad.
Reducen las desigualdades
Las infraestructuras actuales no bastan para cubrir las necesidades más básicas de los países emergentes —acceso a agua potable, saneamiento, redes de transportes, etc.—, algo que podrían revertir las sostenibles.
La importancia del desarrollo urbano sostenible
Todas las ciudades del futuro deberían tener en cuenta para su crecimiento las recomendaciones de la Nueva Agenda Urbana (NAU). Este documento estratégico de la ONU promueve el urbanismo sostenible, define sus parámetros y propone la transformación de las ciudades desde el ámbito de la planificación, el desarrollo, la gobernanza y la administración a través de innovaciones en el diseño, la legislación y las políticas económicas y urbanísticas.
El desarrollo urbano sostenible favorece también la descarbonización de la economía y la paulatina transición energética hacia un modelo basado en fuentes renovables que debería completarse en 2050, tal y como requieren los Acuerdos de París. Para entonces, las ciudades sostenibles le habrán ahorrado al planeta unos 17 billones de dólares, según pronostica la Comisión Global de la Economía y el Clima en The New Climate Economy (NCE).
Modelo de economía circular en el Grupo Iberdrola
En Iberdrola trabajamos para ser más respetuosos con la naturaleza en nuestras tres áreas estratégicas de sostenibilidad: acción climática, protección de la biodiversidad y economía circular.
Por ello, nuestro modelo de negocio sostenible se basa en el modelo de economía circular, un sistema de aprovechamiento de los recursos en el que prima la reducción del uso de nuevas materias primas a través de la eficiencia en procesos, las extensiones de vida de los productos y la apuesta decidida por la reutilización y reciclado de materiales.