Economía del cambio climático
¿Cómo afecta el cambio climático a la economía y la sociedad?
El cambio climático no solo es una seria amenaza para el planeta y las personas, también lo es para la economía mundial. Se trata de un problema que requiere de la colaboración entre el sector público y el privado para cambiar el modelo productivo hacia otro que garantice e impulse el desarrollo y el crecimiento económico sostenible.
Además de su grave impacto sobre el medio ambiente y las personas, el cambio climático también es una de las mayores amenazas para la estabilidad económica. Las olas de calor merman la capacidad de trabajo y la productividad. Los huracanes, ciclones y tifones dejan a millones de personas en la más absoluta pobreza tras arrasar poblaciones con total indiferencia. Y las sequías reducen las cosechas, dificultando cada vez más la ardua tarea de alimentar a una población mundial que promete alcanzar los 10.000 millones de personas en 2050 (Perspectivas de la Población Mundial 2019, ONU). Y el Banco Mundial advierte: si no adoptamos medidas de carácter urgente los impactos del cambio climático podrían empujar a la pobreza a 100 millones de personas más en 2030.
VER INFOGRAFÍA: Efectos socioeconómicos del cambio climático [PDF]
El informe Stern y el modelo Nordhaus
Considerada hasta hace poco una simple externalidad, la salud del medio ambiente ha pasado a desempeñar un papel clave en los modelos de los economistas actuales.
En 2006, el gobierno británico se convirtió en el primero en encargar a un economista la realización de un informe sobre el clima. El elegido fue Nicholas Stern —execonomista jefe del Banco Mundial— y el resultado fue un texto de 700 páginas que se ha convertido en un referente en la materia y en el que Stern ya afirmaba que “las emisiones de gases de efecto invernadero son el mayor fallo del mercado que el mundo haya visto”. A modo de síntesis, la principal conclusión del Informe Stern es la necesidad de realizar una inversión equivalente al 2% del PIB mundial para mitigar los efectos del cambio climático.
Por otra parte, el economista norteamericano William D. Nordhaus recibió en 2018 el Nobel de Economía —junto a Paul Romer— por integrar el cambio climático en el análisis macroeconómico a largo plazo. Nordhaus ha sido el primer economista en desarrollar un modelo cuantitativo que reproduce la interacción entre el desarrollo económico y la evolución del clima a escala global. Para Nordhaus, la solución para frenar el cambio climático consiste en ponerle un precio disuasorio al carbono, ya que el actual es demasiado bajo y no incentiva a buscar alternativas como las energías renovables.
¿Es posible frenar el cambio climático e impulsar la economía?
A pesar de las iniciales reticencias de la comunidad empresarial, cada vez más estudios y actuaciones demuestran que las medidas destinadas a combatir el calentamiento global son una oportunidad de oro para garantizar el desarrollo sostenible e impulsar el crecimiento económico. Como explica la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima en un informe de finales de 2018, la adopción de medidas climáticas ambiciosas podría generar unos beneficios económicos de 26 billones de dólares hasta el año 2030, así como 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono.
De acuerdo con este informe, para construir un modelo de crecimiento más resiliente y beneficioso para las personas debemos acelerar la transformación estructural en cinco sectores económicos clave:
Sistemas de energías limpias
La descarbonización de los sistemas de energía combinada con tecnologías de electrificación descentralizadas y habilitadas digitalmente puede proporcionar acceso a servicios de energía modernos a los 1.000 millones de personas que actualmente carecen de ella.
Desarrollos urbanos más inteligentes
Ciudades más compactas, conectadas y coordinadas nos ahorrarían 17 billones de dólares hasta 2050 y estimularían el crecimiento económico mejorando el acceso a trabajo y viviendas.
Uso sostenible de la tierra
El cambio a formas de agricultura más sostenibles combinadas con una fuerte protección forestal podría generar unos beneficios económicos de alrededor de 2 billones de dólares al año.
Gestión inteligente del agua
Las zonas con escasez de agua podrían ver cómo su PIB cae hasta un 6% en 2050. Esto puede evitarse usando el agua de manera más eficiente a través de mejoras tecnológicas y de la inversión en infraestructura pública.
Economía circular industrial
Hoy, el 95% del valor del material de embalaje de plástico —hasta 120.000 millones de dólares anuales— se pierde tras el primer uso. Políticas que fomenten un uso más circular y eficiente de los materiales podrían mejorar la actividad económica mundial y reducir los desechos y la contaminación.
Al mismo tiempo, la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima insta a los líderes del sector publico y privado a tomar las siguientes medidas de carácter urgente en los próximos dos o tres años: fijar un precio al carbono, obligar a las empresas a divulgar los riesgos financieros relacionados con el clima, acelerar la inversión en infraestructura sostenible, aprovechar al máximo el poder del sector privado potenciando la innovación y avanzando en la transparencia de la cadena de valor, y adoptar un enfoque centrado en las personas para asegurar un crecimiento equitativo y una transición justa.
Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se señala que aún no es tarde para revertir el cambio climático y minimizar sus terribles impactos. Y lo cierto es que la humanidad tiene hoy día la capacidad organizativa y tecnológica para compensar y restituir todos los daños causados al planeta, y reconciliarse nuevamente con la naturaleza .
Modelo de economía circular en el Grupo Iberdrola
En Iberdrola trabajamos para ser más respetuosos con la naturaleza en nuestras tres áreas estratégicas de sostenibilidad: acción climática, protección de la biodiversidad y economía circular.
Por ello, nuestro modelo de negocio sostenible se basa en el modelo de economía circular, un sistema de aprovechamiento de los recursos en el que prima la reducción del uso de nuevas materias primas a través de la eficiencia en procesos, las extensiones de vida de los productos y la apuesta decidida por la reutilización y reciclado de materiales.