Día Internacional contra el Cambio Climático
Concienciados con el cambio climático: Causas, Acciones y Compromisos de Iberdrola
Cada 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, un evento creado con el objetivo de concienciar a empresas, gobiernos y ciudadanos de los efectos devastadores del calentamiento del planeta. En esta jornada de reflexión y acción global, el Grupo Iberdrola reafirma su compromiso en la lucha contra el cambio climático y su determinación por impulsar medidas concretas para contrarrestar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.
El cambio climático es un fenómeno global que se caracteriza por alteraciones en los patrones climáticos. Con el objetivo de concienciar sobre uno de los desafíos más urgentes y apremiantes que enfrenta la humanidad, el 24 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra el Cambio Climático, una fecha destinada a reflexionar sobre qué es el cambio climático y cómo nuestras acciones individuales y colectivas pueden marcar la diferencia en esta causa.
Desde el Grupo Iberdrola nos sumamos a esta celebración como verdaderos líderes en la lucha contra el cambio climático. Nuestra implicación con este día internacional se refleja principalmente en nuestro compromiso con un modelo energético descarbonizado y sostenible, que se materializa en nuestro Plan de Acción Climática de neutralidad de emisiones. Pero ¿por qué es tan importante luchar contra la crisis climática y participar activamente en la celebración de esa fecha?
¿Por qué se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático?
El Día Internacional contra el Cambio Climático, conmemorado en todo el mundo el 24 de octubre, surge como una respuesta unificada y global al desafío del cambio climático. Esta fecha tiene su origen en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y se celebra para crear conciencia sobre la urgente necesidad de enfrentar este fenómeno. Su significado va más allá de un simple evento en el calendario, siendo un aviso de que el cambio climático es una amenaza real que requiere una acción global y urgente.
De acuerdo con la ONU, está científicamente comprobado que la acción humana es la única responsable del calentamiento global de los últimos 200 años, provocando efectos devastadores que aumentan cada año. La organización estima que aproximadamente entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en contextos que las hacen altamente vulnerables a los impactos del cambio climático. Desde fenómenos meteorológicos extremos hasta la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos, sus consecuencias son perceptibles en diferentes partes del planeta.
Por lo tanto, el Día internacional contra el Cambio Climático nos recuerda la responsabilidad compartida de tomar medidas concretas para mitigar y adaptarnos a estos cambios. Dirigida a gobiernos, empresas y ciudadanos, esta fecha es un recordatorio de que, si actuamos de manera colectiva y comprometida, podemos empezar a revertir la situación climática para construir un futuro más sostenible para las próximas generaciones.
Principales causas del cambio climático
El impacto del cambio climático a la economía y la sociedad tiene su origen en una serie de actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera, principalmente el dióxido de carbono y el metano a consecuencia de la quema de combustibles fósiles. Estas emisiones de gases contaminantes, que se han ido incrementando a lo largo de los años desde la época de la industrialización, son el factor clave para el aumento de la temperatura global y sus consecuentes efectos que asolan algunos de los países más vulnerables al cambio climático. Comprender las principales causas de este fenómeno es fundamental para abordarlo de manera efectiva.
Quema de combustibles fósiles
La combustión de petróleo, gas natural y carbón para la generación de energía y el transporte es la principal fuente de emisión de dióxido de carbono (CO₂) y, por lo tanto, una de las causas principales del cambio climático. El uso masivo de este tipo de combustible como fuente energética hizo que se disparara la concentración de CO₂ en la atmósfera de nuestro planeta, llegando a alcanzar la cifra de 417 parte por millón (ppm) en la actualidad, tal y como advierte la organización Global Carbon Project (2022) – esto supone un nivel 50 % más alto que los 278 ppm de antes de la Revolución Industrial –.
Deforestación
La tala de árboles, los incendios y la conversión de tierras forestales en áreas urbanas o agrícolas son otras de las actividades humanas que liberan significantes cantidades de CO₂ a la atmósfera. Al mismo tiempo, la deforestación también reduce la capacidad de la Tierra de frenar el cambio climático, una vez que los bosques actúan como sumideros de carbono que absorben y capturan el CO₂ para reducir su presencia en el aire.
Agricultura intensiva
La agricultura a gran escala emite metano (CH4) y óxido nitroso (N₂O) a través de prácticas como el cultivo de arroz, la cría de ganado y el uso excesivo de fertilizantes. Su actividad también implica la eliminación de la cubierta vegetal natural y la alteración de los ecosistemas locales, lo que afecta la capacidad del planeta para regular el clima.
Industria y procesos químicos
Diversos sectores de la industria producen emisiones que provienen de la quema de combustibles fósiles, destinada principalmente para la fabricación de componentes electrónicos, plásticos, cemento, acero y otros bienes de consumo. Solo el sector de construcción comercial y residencial, por ejemplo, es responsable por más del 34 % de la demanda de energía y alrededor del 37 % de las emisiones de CO₂ relacionadas con la energía.
Transporte
Los vehículos de combustión interna, como automóviles, camiones, aeronaves y barcos, emiten grandes cantidades de gases contaminantes. Esto hace que, hoy en día, el sector de transporte sea uno de los grandes responsables por la emisión de carbono a la atmósfera y la consecuente alteración climática. Solo la aviación, sea ella de carácter comercial o militar, representa un 10 % de las emisiones totales dentro de este sector.
Uso de energía
El carbón, los hidrocarburos y el gas natural son elementos que todavía son utilizados para el funcionamiento de sistemas de calefacción y climatización tanto en edificios comerciales como industriales. Los estudios demuestran que el sector energético sigue siendo el que más contribuye a las emisiones de gases con efecto invernadero en todo el mundo.
Descarbonización: principios y acciones regulatorias
Principios y acciones regulatorias de la descarbonización energética que contribuyen a un marco sostenible.
Electrificación de la economía
El sector eléctrico es el vector energético disponible que mejor puede incorporar las renovables y, por ello, Iberdrola apoya la descarbonización de la economía a través de una mayor electrificación.
El compromiso de Iberdrola: Estrategias para mitigar el cambio climático
Todos tenemos un papel relevante que desempeñar para luchar contra el cambio climático. Iberdrola, alineada con los objetivos europeos, sabe que el sector eléctrico asume una responsabilidad importante para mitigar los efectos de la crisis climática y ser un motor decisivo para el cumplimiento de los compromisos internacionales. Por ello, desde hace más de 20 años que la compañía establece una serie de objetivos para lograr una economía global con baja emisión de CO₂ que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética.
Eso supone adoptar medidas de descarbonización del sector eléctrico y electrificación de la economía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El primer concepto se refiere a algunas de sus actuaciones en el campo energético como el impulso a las energías renovables (eólica marina y terrestre, hidroeléctrica y fotovoltaica), el desarrollo y la digitalización de las redes inteligentes y el fomento del almacenamiento eficiente. En cuanto a la electrificación, esta estrategia se centra en promover el uso de la electricidad como fuente de energía en sectores que tradicionalmente dependen de combustibles fósiles, como el transporte, la calefacción y la industria.
El Grupo también contribuye con planes de acción específicos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que componen la Agenda Internacional de Desarrollo, conocida como Agenda 2030. Entre estos 17 objetivos establecidos por los Estados Miembros de las Naciones Unidas, se destaca particularmente el ODS 13 (Acción por el clima), centrado en la necesidad de adoptar medidas de mitigación al cambio climático.
Para avanzar con esta meta y construir un futuro bajo en carbono, adopta una serie de medidas como la implementación del Plan de Acción Climática de Iberdrola, que adelanta el objetivo de neutralidad de emisiones de carbono de las centrales de generación a 2030 y que, además, asume el compromiso de alcanzar la descarbonización total de la empresa en 2040; la adhesión a la iniciativa EV100 de The Climate Group para electrificar toda su flota de vehículos en España y Reino Unido; la plantación de 20 millones de árboles hasta 2030; y el cierre de todas sus centrales de carbón.
Instrumentos jurídicos de la ONU en la lucha contra el cambio climático
A lo largo de las últimas décadas, la comunidad internacional ha trabajado para desarrollar instrumentos jurídicos destinados a abordar el desafío del cambio climático. Uno de los pilares fundamentales en esta lucha es la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), un conferencia que reúne anualmente a casi dos centenares de países que establecen obligaciones básicas para frenar la crisis climática.
Este encuentro conocido como COP, el acrónimo de “Conference of the Parties”, por su nombre en inglés, tuvo su origen en 1992 durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, cuando los estados-miembros identificaron la necesidad de crear una nueva conferencia para abordar el problema del cambio climático. Desde entonces, las COP han ganado protagonismo como puntos de encuentros para la negociación y la configuración de la agenda climática de las naciones, alcanzando acuerdos internacionales significativos que establecieron objetivos como respuesta al cambio climático.
Uno de los hitos más notables en la historia fue la adopción del Protocolo de Kyoto en 1997, que representa el primer compromiso internacional para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. En el documento, los países firmantes se comprometieron a reducir sus emisiones contaminantes en al menos un 5 % en comparación con los niveles de 1990 en el quinquenio 2008-2012. Aunque enfrentó desafíos en su implementación y algunos países optaron por no ratificarlo, este acuerdo sentó las bases para futuras negociaciones climáticas.
Años más tarde, en 2015 se adopta el Acuerdo de París con la firma de prácticamente todos los países del mundo, lo que marcó un paso crucial en la lucha contra el cambio climático. Este acuerdo establece objetivos ambiciosos para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2 ºC con respecto a la era preindustrial, con esfuerzos para limitarlo a 1,5 ºC. Además, fomenta la cooperación internacional y moviliza recursos financieros para apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos climáticos.
El compromiso de Iberdrola con las cumbres organizadas por las Naciones Unidas se refleja en su participación activa en estos encuentros y en la adopción de un modelo energético alineado con los principales acuerdos internacionales. En la Cumbre del Clima 2023, por ejemplo, celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, la eléctrica participó en diferentes reuniones, foros y encuentros con líderes de gobiernos y organizaciones no-gubernamentales (ONGs) para discutir acciones que consoliden una economía global más verde, digital y sostenible.