Aguas subterráneas
¿Qué son las aguas subterráneas y por qué preocupa su nivel de contaminación?
Las aguas subterráneas son aquellas que se encuentran bajo la superficie de la tierra y son fundamentales porque abastecen a gran parte de la población mundial. Al igual que otros elementos de nuestro planeta, estas también se encuentran amenazadas por la contaminación. De hecho, un reciente estudio elaborado en la Universidad Albert-Ludwigs de Friburgo (Alemania) alerta de que esta podría ser superior a lo que se creía.
Las aguas subterráneas, cada vez más amenazadas por la contaminación, suministran agua potable a la mitad del planeta.
Las aguas subterráneas son vitales, ya que suministran casi la mitad de todo el agua potable del mundo, constituyen una reserva esencial para periodos de sequía y contribuyen a mantener numerosos ecosistemas. Sin embargo, un reciente estudio liderado por Andreas Hartmann, catedrático de Recursos Hídricos de la Universidad Albert-Ludwigs, afirma que el nivel de contaminación de estas aguas podría ser peor del que se pensaba.
Qué son las aguas subterráneas
Como su propio nombre indica, las aguas subterráneas son aquellas que se encuentran bajo la superficie, siendo una de las piezas clave del ciclo hidrológico. Cuando se producen precipitaciones en forma de lluvia o nieve, parte del agua se infiltra a través del suelo hasta dar con una roca impermeable, rellenando sus poros y fisuras y quedando almacenada en acuíferos.
De acuerdo a la UNESCO, organismo de la ONU —la cual impulsa el ODS 6: Agua limpia y saneamiento—, este recurso natural proporciona múltiples beneficios, entre los que cabe destacar:
- Suministra casi la mitad de todo el agua potable del mundo y provee de cerca del 43 % de todo el agua consumida en el riego.
- Alrededor de 2.500 millones de personas dependen exclusivamente de los acuíferos para satisfacer sus necesidades diarias de agua, de ahí la importancia de un consumo responsable.
- Supone una reserva esencial para las poblaciones de regiones áridas, brindándoles una fuente de agua potable incluso durante largos períodos de sequía.
- Contribuye a mantener muchos tipos de ecosistemas, de los cuales dependen diferentes poblaciones y especies.
Tipos de aguas subterráneas
De acuerdo a sus características, los acuíferos se clasifican de diferentes maneras:
Según su comportamiento hidráulico:
- Libres: no tienen encima una capa impermeable y, por tanto, el límite superior de la zona saturada de agua (nivel freático) se encuentra a presión atmosférica.
- Cautivos o confinados: se encuentran entre dos capas impermeables y, en consecuencia, están sometidos a mayor presión que la atmosférica.
- Semicautivos o semiconfinados: su parte superior limita con un terreno semipermeable, contando así con características intermedias entre los libres y los cautivos.
Según su textura:
- Porosos: el agua se encuentra entre materiales no consolidados, como gravas o arenas, los cuales absorben el agua como una esponja.
- Fisurados: el agua se encuentra entre formaciones rocosas con fisuras (o diaclasas) y grietas que permiten la circulación interna.
Cómo se forman las aguas subterráneas
El agua de las precipitaciones, tras infiltrarse a través del suelo, va descendiendo por lo que se conoce como zona de aireación o capa no saturada hasta acumularse en la llamada zona de saturación o capa saturada. Su límite superior es el nivel freático, mientras que el inferior puede llegar en ocasiones hasta los diez kilómetros de profundidad. En la siguiente infografía se observa más en detalle:
La contaminación de las aguas subterráneas
Según apunta el estudio Enlace externo, se abre en ventana nueva. de la Universidad Albert-Ludwigs citado al inicio, la contaminación de las aguas subterráneas podría ser peor de lo que se pensaba. Por ejemplo, hasta el 50 % de los contaminantes estudiados —como el pesticida glifosato— alcanzaron los acuíferos sin pasar ningún proceso de filtrado, contradiciendo lo que se creía. Como resultado, el nivel de glifosato en el agua subterránea podría ser hasta 19 veces mayor que la concentración máxima permitida en Europa.
En líneas generales, la contaminación de los acuíferos se produce desde tres focos diferentes:
Propagación desde la superficie
Por la contaminación del suelo, a través de la acumulación en la superficie de residuos sólidos (por ejemplo, un vertedero situado encima de un acuífero) cuyos materiales solubles son disueltos por la lluvia (lixiviación) y arrastrados hasta el acuífero.
Propagación desde la zona no saturada
Uno de los casos más habituales es el provocado por la depuración de aguas residuales domésticas, cuando estas se filtran a través de la zona de aireación hasta llegar a la zona de saturación.
Propagación desde la zona saturada
Cuando se utilizan pozos de inyección profunda para evacuar aguas residuales y no están adecuadamente diseñados, situados o gestionados pueden provocar la presencia de agentes contaminantes en el acuífero.
Asimismo, las principales fuentes contaminantes de las aguas subterráneas son:
Contaminación urbana y doméstica
Se divide en residuos sólidos (propagación desde la superficie) y residuos líquidos (propagación subterránea desde la zona no saturada). Como veíamos antes, la lixiviación de las materias solubles de un vertedero o la filtración desde las redes de saneamiento son focos habituales de contaminación.
Contaminación agrícola y ganadera
Es la principal causa de contaminación del agua debido a la lixiviación de los productos usados por agricultores y ganaderos —fertilizantes, pesticidas y productos fitosanitarios—, al vertido de estiércol o al regadío intensivo, que aumentan la salinización y la contaminación por nitratos de los acuíferos.
Contaminación industrial y minera
La industrial se debe principalmente al vertido de residuos sólidos en vertederos y líquidos en cauces superficiales, así como a la pérdida de sustancias durante su transporte y almacenamiento. En el caso de la minería, las fuentes tóxicas son las escombreras y las evacuaciones de los lavaderos de mineral.
Cómo luchar contra la contaminación de las aguas subterráneas
La contaminación de las aguas subterráneas, además de con una gestión sostenible, se combate desde dos frentes: los métodos preventivos, cuya finalidad es evitar la contaminación anticipándose al problema; y los métodos curativos, que se aplican una vez el agua se ha contaminado. Estas son sus principales vías de actuación:
- Métodos preventivos: establecer perímetros de protección, emplazar adecuadamente vertederos y desagües, depurar los contaminantes líquidos, racionalizar el riego y la fertilización nitrogenada, controlar el bombeo en sondeos cercanos a la costa para evitar la filtración de agua marina, etc.
- Métodos curativos: la formación de barreras subterráneas impermeables y barreras de depresión entre el acuífero y el foco contaminante o la intercepción y extracción por bombeo del contaminante (un método cuya eficacia se ha puesto en duda), entre otros.