Terraformación
La terraformación, ¿es posible vivir en otros planetas?
Si el ser humano tuviera que abandonar la Tierra por razones de fuerza mayor y decidiera colonizar otro planeta, ¿qué pasos deberían haberse dado previamente? Ahí entra en escena el concepto de terraformación, que apela a aquellos procesos orientados a la intervención de un planeta con el objetivo de recrear unas condiciones óptimas para la vida terrestre. De los planetas que nos rodean, Marte parece el más indicado para ello pero, ¿es una opción factible o un mero sueño?
La terraformación de Marte parece a día de hoy una opción remota, por ello conviene centrarse en preservar la Tierra.
La atmósfera de Venus es tan densa que su presión nos aplastaría, por no hablar de que la temperatura en la superficie ronda los 500 oC. Marte, por contra, es un planeta helado que perdió la mayor parte de su atmósfera, careciendo de oxígeno para respirar. Nuestros vecinos dentro del sistema solar no son, por tanto, especialmente hospitalarios. Sin embargo, en la última misión a Marte, el robot Perseverance consiguió convertir dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera marciana en una cantidad de oxígeno suficiente para que un astronauta respire. Este podría ser el primer paso, si bien modesto, para una futura terraformación del planeta rojo.
Qué es la terraformación
La terraformación es un hipotético proceso orientado a modificar deliberadamente la atmósfera, la temperatura, la topografía o la ecología de un planeta o satélite natural para asemejarlo al entorno de la Tierra y hacerlo adecuado para la vida terrestre. Este concepto se basa en la ingeniería planetaria, es decir, en la aplicación de la tecnología para cambiar las condiciones de un planeta y alcanzar, por ejemplo, una temperatura que permita la presencia de agua líquida y una atmósfera con suficiente oxígeno como para la formación de moléculas orgánicas estables.
Historia de la terraformación
El concepto de la terraformación ha sido tratado durante décadas en obras de ciencia ficción, que han sembrado la idea de la adaptación de planetas a semejanza de la Tierra. Las primeras menciones a este término se atribuyen tanto al escritor estadounidense Jack Williamson como al autor británico Olaf Stapledon, según las fuentes que se consulten. Lo que está claro es que, más allá de estas primeras menciones a la terraformación, las posteriores contribuciones culturales llevaron a que este concepto sobrepasara la idea concebida en los libros.
En paralelo a su uso en la ficción, la ciencia aplicó el término a diversas proposiciones teóricas con el fin colonizar otros planetas. El astrónomo y divulgador Carl Sagan, creador de Cosmos, propuso la aplicación de la ingeniería planetaria en Venus para hacerlo habitable en un artículo publicado en la revista Science en 1961. Su plan era sembrar la atmósfera del ardiente planeta con algas que secuestrarían el CO2 de la atmósfera, reduciendo el efecto invernadero. El término terraformación en sí se empleó por primera vez en 1982, cuando el científico planetario Christopher McKay escribió Terraforming Mars, un artículo para la British Interplanetary Society en el que planteaba un método para calentar la atmósfera de Marte.
Con el avance de la exploración espacial y la creciente preocupación por la sostenibilidad en nuestro planeta, la terraformación se ha convertido en un debate clave sobre la ciencia moderna que mira hacia el futuro, especialmente con respecto al planeta Marte.
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Métodos de terraformación
El ser humano necesita unas condiciones de vida muy concretas. Por ello, convertir un planeta en habitable es una empresa enorme y para conseguirlo se han propuesto varios métodos tecnológicos y biológicos. A continuación, repasamos algunos:
¿Se puede vivir en Marte? La terraformación del planeta rojo
La atmósfera inhóspita de Venus y la poca gravedad de la Luna hacen que Marte sea el candidato más probable para una hipotética terraformación. Pese a todo, su gravedad es dos tercios la de la Tierra, su temperatura media es de -46 ºC y su atmósfera no contiene casi oxígeno. Se cree que en el pasado tuvo una atmósfera más densa y agua líquida, pero que la perdió hace cientos de millones de años. La razón pudo estar en que el planeta rojo no tiene un campo magnético como la Tierra que lo proteja del viento solar (radiación de alta intensidad), lo que seguramente contribuyó a la pérdida de su atmósfera.
Aunque Marte es el planeta candidato más viable para experimentar la terraformación en nuestro sistema solar, los desafíos técnicos, ambientales y de recursos hacen el proceso inviable con la tecnología actual. Un informe de la NASA de 2018 concluyó que actualmente no existen los recursos necesarios en Marte para crear una atmósfera densa y cálida como la de la Tierra: el proceso implica liberar gases de efecto invernadero para aumentar la presión atmosférica y la temperatura en la superficie. Sin embargo, según la NASA, la cantidad de CO2 necesaria para hacerlo es muy superior a los recursos disponibles en el planeta.
Posteriores estudios han evidenciado esta conclusión, aunque los continuos descubrimientos científicos alimentan la esperanza de encontrar una vía de supervivencia en el planeta rojo. Un estudio publicado en 2024 por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) apunta que los restos de una antigua atmósfera de Marte podrían estar ocultos en la arcilla de su superficie, lo que facilitaría la exploración necesaria para llegar a la terraformación.