Vida minimalista
Un estilo de vida minimalista, cuando menos es más tanto para ti como para el medio ambiente
El minimalismo, originalmente una tendencia arquitectónica que busca reducir las obras a lo esencial, se ha trasladado a otros ámbitos. La idea es muy sencilla: menos es más, lo que aplicado, por ejemplo, a nuestra vida diaria significa reducir al máximo el uso y consumo de bienes materiales. Esta forma de estar en el mundo tiene efectos positivos sobre el medio ambiente e iniciativas ecologistas recientes, como el movimiento Zero Waste, son muy cercanas a ella.
En la última década, el minimalismo ha trascendido al mundo de la arquitectura instaurándose como una alternativa al consumismo desmedido de la sociedad actual. ¿La clave? "Menos es más". Aunque la popular frase fue acuñada por primera vez en los años sesenta por el artista norteamericano Ad Reinhardt, fue el arquitecto alemán Mies Van der Rohe quien la popularizó, dando lugar a un movimiento artístico que ha llegado hasta nuestros días reconvertido en un estilo de vida que propone una visión diferente del mundo.
Qué es el minimalismo
Además de una corriente arquitectónica que busca reducir las obras a lo esencial, es decir, despojarlas de todo lo superfluo, el minimalismo es hoy en día una filosofía de vida que propone una forma de ser y actuar más sencilla y, sobre todo, más amable con el medio ambiente y el conjunto de la sociedad.
De hecho, un estilo de vida minimalista prioriza lo simple sobre lo complejo y la calidad sobre la cantidad en contraposición a la cultura del consumismo extremo. El diseñador, escritor y conferenciante norteamericano Graham Hill reflexiona sobre ello en una de sus charlas TED Enlace externo, se abre en ventana nueva.: "Nos hemos convertido en seres tan consumistas que cada vez necesitamos más espacio, lo cual, además, nos hace contraer grandes deudas y generar enormes huellas medioambientales. Pese a todo, nuestros niveles de felicidad siguen igual que hace 50 años".
Como defensor del minimalismo, Hill propone eliminar todo lo accesorio de nuestras vidas —aquellas cosas que nunca usamos— y pensar antes de comprar. Para alcanzar ese estilo de vida bueno para nosotros y para el medio ambiente en plena lucha contra el cambio climático, propone una fórmula de tres pasos que denomina "vida editada": 1. elimina sin piedad, 2. piensa que lo pequeño, lo que ocupa poco, es sexy, y 3. aquello que tengas, hazlo funcional.
El minimalismo en la vida diaria
Hill resume algunas de las claves para empezar a llevar una vida minimalista:
Compra calidad, no cantidad
El minimalismo no implica no comprar, sino hacerlo de forma más intencional y menos impulsiva. La clave es invertir en calidad para que los productos perduren. El precio será algo mayor, pero a largo plazo se ahorra al recortar el número de compras frecuentes, además de reducir la cantidad de residuos.
Digitaliza todo lo que puedas
Si eres un gran amante del cine, la música o la literatura, considera la posibilidad de digitalizar tu colección. Además de ahorrar espacio en tu hogar, te asegurarás encontrar siempre lo que buscas. Si te gusta sentir físicamente las experiencias, las bibliotecas, las salas de cine o de conciertos son una gran alternativa.
Elimina sin miedo
A veces cuesta deshacerse de las posesiones materiales, pero es un paso necesario. Eso sí, prescinde solo de las cosas que no necesites. Para empezar, identifica qué cosas tienen un propósito y cuáles no. Las que no aporten valor, recíclalas o véndelas para otorgarles una segunda vida.
Investiga cómo reutilizar
Considera qué objetos pueden cambiarse por otros que no sean de un solo uso, por ejemplo, una botella de cristal por una de plástico o una taza de cerámica en vez de un vaso de plástico. De hecho, los plásticos de un solo uso tienen los días contados, así que cuanto antes te acostumbres mejor.
Dale un sitio a cada cosa
Toca ser creativo con el almacenaje y organizarlo todo asegurándote de que guardas solo lo imprescindible y de que lo haces en el lugar adecuado. Si ves que te falta espacio para ciertas cosas o que pasado un tiempo no las has usado, quizás haya llegado el momento de reconsiderar si realmente las necesitas.
Cómo son las personas minimalistas
Como Hill, cada vez son más las personas que consideran que el estilo de vida minimalista es bueno para las personas y para el medio ambiente. Por ello, se suman a él y lo promueven. La plataforma The Minimalists Enlace externo, se abre en ventana nueva. es un buen ejemplo. Creada en 2010 por los estadounidenses Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus, mundialmente conocidos por sus documentales de Netflix (Minimalism, 2016 y Less Is Now, 2021), cuenta en la actualidad con cinco millones de seguidores, según The Washington Post.
¿Cómo son las personas minimalistas? Son ciudadanos normales y corrientes que se muestran contrarios a un consumismo descontrolado y a favor de un desarrollo más sostenible. De hecho, iniciativas ecologistas recientes, como el movimiento Zero Waste, están muy vinculadas a esta forma de vida. Sus practicantes desarrollan la facultad de identificar lo esencial, lo que tiene algún propósito en sus vidas, y de eliminar todo lo demás para ganar libertad, tranquilidad y espacio.
De hecho, para los seguidores del minimalismo, unos veinte millones según la revista norteamericana GQ, las pertenencias no son solo productos, sino obligaciones que generan, como ya apuntaba Hill, estrés y deuda. En ese sentido, el conferenciante norteamericano pregunta con humor: "¿cuándo somos más felices que cuando nos vamos de vacaciones con todo lo que necesitamos en una maleta?".
Los beneficios del minimalismo
Independientemente del motivo que lleve a adoptar un estilo de vida minimalista, este tiene unos efectos positivos innegables tanto sobre las personas como sobre el medio ambiente. Entre los primeros, la revista Forbes señala los siguientes:
- Mejora la economía personal: poseer menos cosas implica recaer en menos gastos y ahorrar más.
- Aumenta la calidad de vida: aporta más libertad, más orden y más tiempo para uno mismo.
- Reduce el estrés y la ansiedad: tener menos posesiones reduce el número de preocupaciones.
- Permite conocerse mejor: a menos distracciones, más facilidad para descubrir lo que nos apasiona.
El minimalismo lleva implícitas una serie de obligaciones no escritas que impactan positivamente en el medio ambiente:
- Contribuye a reducir las actividades industriales que más contaminan, como la fabricación textil, y a evitar la sobreexplotación de los recursos naturales.
- Implica una menor generación de residuos y la capacidad de manejarlos de una manera más sostenible.
- Reduce el uso y la presencia de plásticos, especialmente perjudiciales para mares y océanos, sustituyéndolos por materiales biodegradables.
- Disminuye la contaminación ambiental al usar menos medios de transporte individual, además de reducir la huella ecológica.