"Ellos no siguen las reglas. Puedes estar en desacuerdo, glorificarlos o maldecirlos, pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos, porque ellos cambian las cosas". Esta frase del célebre anuncio Think Different de Apple habla de las personas disruptivas: aquellas con una forma de pensar diferente e independiente, con ideas propias y una cuota enorme de creatividad e innovación.
El talento disruptivo conduce a una empresa hacia el éxito. Detectarlo y gestionarlo con eficiencia es un reto, no solo para los profesionales de recursos humanos, sino para toda la compañía, que debe proporcionarles el entorno adecuado para potenciar y desarrollar sus ideas.
La Escuela de Negocios de la Innovación (IEBS) aporta algunas claves para detectar a los empleados disruptivos:
- Piensan y actúan de forma diferente al resto.
- Debaten y cuestionan a sus compañeros o directivos para buscar soluciones alternativas e innovadoras.
- Son cazadores natos de tendencias.
Muchas empresas pueden mostrar reparos a la hora de contratarlos porque pueden generar fricciones en la convivencia con el resto de trabajadores. Por eso, resulta fundamental la presencia de un coach profesional para que su talento no se desvincule de los objetivos de la empresa.
El 'coach' profesional
El coaching y mentoring profesional es un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que inspira a maximizar el potencial personal y profesional. Es una competencia que ayuda a pensar diferente y a mejorar las comunicaciones. Y, aunque existen habilidades innatas, el coach debe formarse adecuadamente para moldear y desarrollar la empatía, el equilibrio, la asertividad, la intuición y las capacidades de análisis y síntesis, entre otras. Según el estudio ICF Global Coaching (2016) el perfil medio del coach profesional es el siguiente:
- Tiene entre 45 y 54 años.
- Las mujeres representan el 67%.
- Su formación se apoya en programas acreditados.
- Sus ingresos superan los 50.000 dólares/año.