#sociedad
Contribuimos en el progreso de la sociedad a través de ayudas, iniciativas y programas solidarios que fomentan la igualdad, la formación y el desarrollo de las comunidades.
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Su sobrenombre, el séptimo continente, ya lo dice todo y no es para menos. La isla de basura que flota en el Pacífico triplica el tamaño de Francia y es el mayor vertedero oceánico del mundo con 1,8 billones de trozos de plástico flotante que matan, cada año, a miles de animales marinos entre California y Hawái.
Los pueblos y aldeas no son ajenos a la revolución digital que se está produciendo en el mundo, o al menos no deberían serlo porque su supervivencia depende de ello. Las soluciones innovadoras, desde el Big Data al Internet de las Cosas (IoT), han llegado a las zonas rurales para desarrollar y mejorar sus condiciones sociales, económicas y ambientales.
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La Cumbre Climática de Madrid (COP25) concluyó el domingo 15 de diciembre —en vez del viernes 13 como estaba previsto, lo que la convierte en la más larga de todas las COP— con unos resultados 'tibios' en cuanto a las negociaciones, a pesar de haber tenido un impacto grande en términos de movilización del conjunto de la sociedad civil.
En la Europa de 2060, uno de cada tres habitantes será mayor de 65 años. Una tendencia similar —aumento de la esperanza de vida e inversión de la pirámide demográfica— seguirá el resto de países desarrollados del planeta. Las formas de consumo, por tanto, se modificarán y los mayores se convertirán en el motor de la llamada silver economy.
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El cambio climático no solo es una seria amenaza para el planeta y las personas, también lo es para la economía mundial. Se trata de un problema que requiere de la colaboración entre el sector público y el privado para cambiar el modelo productivo hacia otro que garantice e impulse el desarrollo y el crecimiento económico sostenible.
Los wearables son el penúltimo hito de la revolución tecnológica y abren la puerta a un nuevo universo personal. Registran lo que comemos, monitorizan nuestro ritmo cardíaco, nos avisan si estamos estresados y facilitan la comunicación con nuestro entorno. Forman parte de nuestra imagen —los llevamos puestos en forma de relojes, camisetas, pendientes o brazaletes— y saben cosas de nosotros que ignoramos.