#naturaleza
El respeto por el medio ambiente, la fauna y la flora o la naturaleza son esenciales en la lucha contra el cambio climático. El grupo Iberdrola fomenta la biodiversidad de los ecosistemas promoviendo el desarrollo del patrimonio natural. Además, impulsa una cultura de sensibilización social sobre las acciones que contribuyen a su conservación.
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La lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación atmosférica. Los gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan con el oxígeno del aire y el vapor de agua, transformándose en ácidos que se depositan sobre la superficie terrestre a través de las precipitaciones. Esta acidificación del suelo y de las aguas superficiales tiene efectos devastadores sobre los ecosistemas y supone un grave peligro para los seres vivos.
En nuestros mares, que según Greenpeace reciben 200 kilos de basura por segundo, existen islas de plástico flotante que cuadruplican el tamaño de California. Esta realidad, tan peligrosa para la salud del planeta, ha inspirado tres iniciativas repletas de ingenio para limpiar los océanos. Conócelas, ¡te sorprenderán!
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El calentamiento global está provocando que se derritan glaciares y grandes masas de hielo. El nivel medio del mar ha subido una media de 3,2 mm/año desde 1993. Este fenómeno resulta catastrófico para islas y regiones costeras.
El cambio climático amenaza el futuro de nuestro planeta, pero aún estamos a tiempo de adaptarnos a él y mitigar sus efectos. A continuación, repasaremos las medidas que se están planteando y viajaremos en el tiempo para contar cómo será el mundo que frenará el calentamiento global.
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Inauguramos la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçu —Paraná, Brasil—, que suministra energía renovable a un millón de personas gracias a una capacidad total instalada de 350 MW. Esta instalación colabora activamente en el mantenimiento del equilibrio de las aguas y garantiza la fuerza de las famosas cataratas del Iguaçu.
Doce años después de publicar su famoso libro —Inteligencias múltiples (1983)—, en el que definía siete tipos de inteligencia y que le valió el premio Príncipe de Asturias, Howard Gardner añadió a su modelo una octava rama: la inteligencia naturalista. Este tipo de inteligencia es la que nos permite relacionarnos con el medio ambiente y las demás especies.