Isla de calor
Las islas de calor urbanas y sus efectos adversos para sus habitantes
¿Por qué hace más calor en una gran ciudad que en un pueblo situado a solo unos kilómetros? La respuesta está en las conocidas como islas de calor. Este fenómeno de origen térmico, que eleva la temperatura en áreas urbanas —especialmente por la noche—, se atribuye a diversos factores: los elementos que emiten calor, como los sistemas de climatización, o los materiales que se utilizan, como el asfalto, entre otros. Además, agrava el cambio climático y afecta a la salud.
El cambio climático amenaza a las grandes ciudades tanto como a los entornos naturales. De hecho, eventos meteorológicos extremos como las olas de calor o las sequías son cada vez más habituales y ocasionan problemas de salud o de suministro de agua. Pese a tendencias como el neorruralismo, las ciudades continuarán aumentando su número de habitantes en las próximas décadas, dando lugar a megaciudades en las que fenómenos como las islas de calor urbanas, que abordaremos en detalle a continuación, pueden agravarse.
Qué es una isla de calor
Las islas de calor son un fenómeno que se produce en aquellas zonas urbanas que experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes debido a la actividad humana. La causa principal son la acumulación de estructuras, como edificios, aceras o asfaltos, que absorben más calor y lo liberan más lentamente, al revés que parajes naturales como bosques, ríos o lagos. A esto se suma el calor y la contaminación generada por el tráfico y la industria. Todo ello agrava las consecuencias del cambio climático en las ciudades y disminuye la calidad de vida de sus habitantes.
El efecto isla de calor
El efecto isla de calor se caracteriza, como ya hemos comentado, por provocar una temperatura mayor en las ciudades que en sus alrededores —pueblos, zonas residenciales, zonas agrícolas, etc.— y es más acusado por las noches, sobre todo en invierno. La temperatura media anual del aire de una ciudad con un millón de habitantes o más puede ser de entre 1 ºC y 3 ºC más alta durante el día respecto a su periferia, mientras que por la noche esa diferencia puede dispararse, incluso, hasta los 10 °C.
VER INFOGRAFÍA: El efecto isla de calor urbana [PDF]
Causas de las islas de calor
Hay varias causas que contribuyen a generar islas de calor urbanas y elevar la temperatura en las ciudades. Entre ellas, podemos destacar:
- Las superficies oscuras y con alta conductividad térmica, como el asfalto —que, además, en las urbes es usado por un mayor número de vehículos—, hacen que las ciudades absorban una cantidad mayor de radiación solar que una zona rural durante el día.
- La escasez de vegetación y áreas verdes en las ciudades, como los parques urbanos, provoca que no se produzca una bajada de temperatura por la evaporación del agua de las plantas. Además, al haber menos árboles hay menos sombras, lo que provoca que el suelo de las ciudades se caliente más.
- Los grandes edificios, tanto de oficinas como de particulares, que pueblan las ciudades absorben calor y bloquean el paso del viento, evitando que las ciudades se refresquen por las corrientes. Por ello es importante la construcción de edificios sostenibles que tengan en cuenta estas variables.
- La contaminación atmosférica, causada por las fábricas, los automóviles o los aparatos de aire acondicionado, entre otros, atrapa la radiación solar evitando que se disipe el calor, lo que a su vez incrementa la temperatura del aire.
Consecuencias de las islas de calor
Las islas de calor urbanas tienen consecuencias negativas sobre la vida de las personas y el medio ambiente:
Mayor consumo de energía
La temperatura en las ciudades es superior, especialmente durante las noches de verano. Esto genera un incremento de la demanda de energía para los aires acondicionados, lo que a su vez aumenta el precio de la electricidad.
Impacto sobre la salud
Las altas temperaturas pueden afectar a la salud de los habitantes de las ciudades, provocando malestar general, problemas respiratorios, insolaciones, deshidratación, cansancio e, incluso, aumentar la mortalidad por golpes de calor.
Mayor contaminación atmosférica
Las islas de calor empeoran la calidad del aire, ya que en paralelo al incremento del consumo de combustibles fósiles lo hace la emisión de CO2 y otros contaminantes, como el dióxido de azufre (SO2) o los óxidos de nitrógeno (NOx), culpables del efecto invernadero.
Impacto sobre la economía
Un estudio reciente, publicado por la editorial científica IOP Publishing, indica que los efectos asociados al calentamiento por las islas de calor urbanas podrían duplicar las pérdidas económicas previstas por el cambio climático.
Soluciones a las islas de calor
Para minimizar los impactos de las islas de calor urbanas es necesario apostar por un desarrollo urbano sostenible, tal y como reclama la propia ONU a través de la Nueva Agenda Urbana. Entre las soluciones, nos encontramos con:
- Arquitectura bioclimática: incluye la instalación de energías renovables, como los paneles solares, para impulsar el autoconsumo fotovoltaico o de cubiertas de vegetación para mitigar la absorción de calor, así como elementos de refrigeración pasiva para crear casas más eficientes.
- Infraestructuras sostenibles: las ciudades necesitan renovar sus edificios, carreteras, puentes, aceras, estaciones, farolas, entre otros elementos, para alinearlos a la lucha contra el cambio climático. De hecho, son fundamentales para apuntalar un crecimiento económico verde.
- Movilidad sostenible: el automóvil es uno de los principales causantes de la contaminación urbana, contribuyendo a su vez al aumento de temperaturas. Por ello, la movilidad debe mirar al futuro y de la mano de las nuevas tecnologías impulsar iniciativas como la Mobility as a Service (MaaS).
- Impuestos verdes: los impuestos por la emisión de CO2, de otros gases de efecto invernadero y de sustancias contaminantes están destinados a gravar los comportamientos nocivos para la salud medioambiental y permiten compensar las externalidades del desarrollo económico de las ciudades.
- Ecobarrios: hablamos de nuevos desarrollos urbanos que pretenden disminuir el impacto sobre el medio ambiente cambiando los hábitos de vida de sus habitantes. Para ello, incorporan más zonas verdes, regeneran espacios públicos y fomentan la educación ambiental.
- Corredores verdes: estas zonas, que además tienen diferentes usos sociales, culturales o deportivos, permiten conectar áreas naturales de la ciudad con extensas franjas de vegetación. En este punto también conviene citar elementos como los huertos urbanos.