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Su construcción ha generado más de 2.000 empleos y beneficios sociales y ambientales para la población local
Iberdrola pone en marcha su mayor línea eléctrica de casi 730 kilómetros en Brasil
- La línea recorre cuatro estados del país entre el norte y nordeste: Maranhão, Piauí, Tocantins y Bahía
- Esta línea permitirá el intercambio entre las regiones brasileñas y facilitará el flujo de energía de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte (AP), la mayor central de Brasil con una capacidad instalada de 11 GW
Iberdrola ha puesto en marcha su mayor línea eléctrica en el mundo con casi 730 kilómetros. La compañía, a través de su filial Neoenergía, ha puesto en operación la línea de transmisión Jalapão, entre el norte y el nordeste de Brasil, recorriendo cuatro estados del país: Tocantins, Maranhão, Piauí y Bahía.
La función de esta línea es ampliar la red de transmisión para mejorar el intercambio de energía entre las regiones Norte y Nordeste, facilitando el flujo de energía generada en la Central Hidroeléctrica de Belo Monte (AP), un activo que cuenta con la participación de Neoenergia y, con una capacidad instalada de 11.233,1 MW, es la mayor central eléctrica de Brasil.
En el proyecto Jalapão se han utilizado 13.100 kilómetros de cables conductores, lo que equivale a la distancia entre São Paulo y Moscú. Gracias a su construcción, Neoenergía ha dado empleo a más de 2.000 personas en el pico de las obras.
También ha permitido una serie de beneficios económicos y socioambientales para la población local. Entre otras actuaciones, Neoenergia impulsó soluciones ambientales a partir de unas obras paralizadas en torno a la Línea de Transmisión, de estructuras abandonadas in situ durante más de cinco años, antes de la adquisición del proyecto. La iniciativa permitió la recuperación ambiental del tramo, permitiendo que el área retomara sus condiciones naturales anteriores.
Se han reciclado aproximadamente 4.000 cimentaciones de hormigón de la antigua línea de transmisión, que han sido triturados en pequeños pedazos, suficientes para cimentar aproximadamente 24.000 metros cuadrados de carreteras. Este material se utilizó para mejorar los caminos de los municipios implicados en el proyecto. Además, parte de otros materiales como el acero, se vendió y con los ingresos se compraron más de 900 cestas de alimentos para personas en situación de vulnerabilidad.
El proyecto fue adquirido en el Lote 4 de la Subasta 02/2017, realizado por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL) en diciembre de 2017 y se ha puesto en funcionamiento con 15 meses de anticipación al pronóstico contractual del organismo regulador.
Las redes, sistema clave de la transición a las que destinará la mitad de sus inversiones
Iberdrola lleva dos décadas liderando la transición energética, actuando como agente tractor en la transformación del tejido industrial y la recuperación verde de la economía y el empleo.
La compañía ha lanzado un plan de inversión histórico de 150.000 millones de euros en la próxima década -75.000 millones de euros para 2025-, con los que triplicará la capacidad renovable y duplicará los activos de redes, aprovechando las oportunidades de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo.
Casi la mitad de este volumen de inversión irá destinado a la actividad de redes eléctricas, con el objetivo de dar continuidad a su despliegue internacional, consolidar una sólida red de distribución y dotarla de flexibilidad, en base a un ambicioso proceso de digitalización como elemento clave para responder a las necesidades futuras del sistema eléctrico.
Iberdrola opera uno de los sistemas de distribución eléctrica más importantes del mundo; más de 1,2 millones de kilómetros de líneas de transporte y distribución eléctricas y más de 4.400 subestaciones, que distribuyen electricidad a más de 34 millones de personas en el mundo, en países como España, el Reino Unido, Estados Unidos y Brasil.
A 2025, los activos regulados se elevarán a 47.000 millones y se situarán principalmente en países con Rating A. A 2030, la compañía prevé multiplicar por dos el valor regulado de sus activos de redes, hasta los 60.000 millones de euros.