Comunidades solares

¿Qué son las comunidades solares y cómo funcionan?

Las comunidades solares permiten a las personas disfrutar de todos los beneficios de la energía solar, sin la necesidad de disponer de paneles fotovoltaicos en sus propias cubiertas o tejados. Se trata de un nuevo modelo de negocio en auge que no solo ayuda a ahorrar en la factura sino que también contribuye a la descarbonización del planeta.

Desde el año 2000, las energías renovables han aumentado considerablemente su representación. Según un informe realizado por Ember, grupo de expertos en energía, la energía verde ha pasado de representar el 19 % de energía mundial, a alcanzar más del 30 %. Este hito se debe principalmente al aumento de la energía solar y la eólica, que ha pasado de representar un 0,2 % a nivel mundial en 2000 al récord del 13,4 % en 2023. En el caso por ejemplo de la Unión Europea este ascenso ha sido aún mayor ya que, según este mismo informe, la solar y la eólica alcanzaron una cuota del 27 % en 2023. 

Cabe reseñar que la energía solar fotovoltaica lleva casi dos décadas siendo la energía de más rápido crecimiento. En esa línea, el informe ‘Renewable Energy Market Update’ realizado por la Agencia Internacional de la Energía (IAE) señala que se espera que este crecimiento siga marcando récords y destaca la importancia del autoconsumo en países como España, Alemania, Países Bajos, Francia, Italia o Suecia, donde se está impulsando un cambio significativo en la adopción de sistemas fotovoltaicos distribuidos. 

Por consiguiente, en este contexto cobran gran importancia las comunidades solares -autoconsumos colectivos- que permiten distribuir la energía solar fotovoltaica a un mayor número de personas, permitiéndoles beneficiarse de la energía solar sin necesidad de hacer una inversión ni de disponer de paneles solares en sus cubiertas.

¿Qué son las comunidades solares?

Pero empecemos por el principio ¿qué son las comunidades solares? Las comunidades solares son instalaciones fotovoltaicas que producen energía solar gracias a la colocación de paneles solares en las cubiertas de los edificios. La energía generada se reparte entre distintos participantes que se encuentren a un radio de distancia menor a 2 km. De esta forma, los usuarios pueden disfrutar de las múltiples ventajas de una fuente de energía limpia y sostenible sin necesidad de instalar paneles solares en sus viviendas.

¿Cómo funcionan las comunidades solares?

Las comunidades energéticas solares funcionan de una forma similar a otros proyectos comunitarios. Imaginemos el ejemplo de un huerto creado por un grupo de vecinos en un terreno común porque no todos disponen de ese espacio en el que cada uno contribuye con una pequeña inversión para comprar semillas, herramientas y otros recursos necesarios. Luego, lo que produce el huerto se reparte entre los participantes según su contribución. De la misma manera, una comunidad solar instala paneles solares sobre la cubierta de la comunidad de vecinos o en un lugar común y la energía generada se reparte entre los miembros.

Quienes quieran participar de esta comunidad solar pueden suscribirse comprando una porción de la capacidad del sistema, ya sea a través de la compra de paneles o simplemente adquiriendo una participación en la producción total de energía. Así, se permite a cada miembro obtener beneficios de la electricidad generada, ajustando la cantidad de energía según sus necesidades. Si se consume más de la que cubre su participación, se pagará la diferencia a la tarifa regular de la compañía eléctrica. En el caso de que se consuma menos, la electricidad sobrante se inyecta en la red eléctrica y la compañía la compra, haciendo que baje la factura y reflejándose así el ahorro en energía que proviene de fuentes solares.

De esta forma, las comunidades solares facilitan el acceso a la energía solar de una manera compartida y colaborativa facilitando el ahorro en las facturas de electricidad y promoviendo un uso más amplio de la energía renovable.

Beneficios de las comunidades solares

Las comunidades solares ofrecen una amplia variedad de beneficios. Desde ventajas económicas y ambientales hasta sociales y tecnológicas. Resumimos las principales.

Beneficios económicos

Las comunidades solares generan ahorro en las facturas de electricidad. Al consumir energía solar, se reduce el consumo de energía eléctrica proveniente de la red. Además, la energía generada en una instalación fotovoltaica está exenta de cargos y peajes por el uso de la red y es más económica. Por consiguiente, la energía total que recibirá un cliente que participa de una comunidad solar se desglosa de la siguiente manera:

  • Energía solar: en función del porcentaje que le corresponda al cliente de la comunidad solar.
  • Energía procedente de la red: parte restante de energía que no sea abastecida por la energía solar.
  • Compensación simplificada con excedentes: en aquellos casos en los que el cliente no consuma la energía solar que le corresponde, se verterá a la red y se le abonará un importe correspondiente a su contribución.

Adicionalmente, las comunidades solares Iberdrola permiten a los participantes acceder a la energía solar sin los costes iniciales de la instalación, ya que se pueden adherir a una comunidad solar bajo un modelo de suscripción. Por último, la construcción y el mantenimiento de estas instalaciones crea empleos verdes y estimula el crecimiento económico local.

Beneficios medioambientales

Al apostar por las energías limpias y locales, los participantes contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, reduciendo la huella de carbono. La comunidad solar comunitaria fortalece la resiliencia energética al diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además, promueven una mayor conciencia entre la población sobre la importancia de la sostenibilidad y la adopción de energías renovables.

Beneficios sociales

Otra de las principales ventajas de las comunidades solares es que democratizan el acceso a la energía solar de una manera digital y sencilla. Muchas personas no pueden instalar paneles solares en sus hogares debido a restricciones físicas, económicas por la dificultad de llegar a acuerdos colectivos.Por ello, estas comunidades promueven la equidad energética al proporcionar una opción accesible y asequible para más personas y aportan un sentido de cooperación y sostenibilidad dentro de la comunidad.

En resumen, las comunidades solares son una solución innovadora y accesible para promover el uso de energía renovable. Facilitan el acceso a la energía solar para una amplia gama de personas y organizaciones, reducen los costos energéticos y las emisiones de carbono, y fomentan la cooperación y el desarrollo económico local. A medida que crece la conciencia sobre los beneficios de la energía limpia, las comunidades solares se están convirtiendo en una parte crucial de la transición hacia un futuro más sostenible y equitativo.

Tipos de comunidades energéticas solares en Iberdrola

En Iberdrola llevamos años comprometidos con las energías renovables. Con las comunidades solares de Iberdrola, relacionamos los tejados disponibles con los clientes que quieren consumir energía solar sin necesidad de realizar la inversión ni la instalación en sus hogares. Además, lo hacemos bajo un modelo de suscripción por el que los clientes que estén a menos de 2 km de distancia de una comunidad solar pueden ahorrar en sus facturas con energía local y sostenible, de una manera digital, sencilla y sin ponerse de acuerdo entre ellos. 

Se trata de un nuevo modelo de consumo energético colaborativo y local que además de ahorrar, ayuda a la mejora del planeta. Para ello, contamos con dos tipos de comunidades solares:

Comunidad solar Cliente

Las comunidades solares Cliente son aquellas en las que es el propio cliente (o clientes) el que realiza la inversión para su instalación, convirtiéndose en propietario de la misma y es quien decide cómo repartir la energía generada en su comunidad solar. En estos casos, Iberdrola se encarga de la instalación, puesta en marcha, monitorización, gestión de la legalización y las cuestiones administrativas necesarias para poner en funcionamiento la Instalación.

El ejemplo típico son las comunidades de propietarios –para las que, además, existen bonificaciones en forma de impuestos y tasas en muchos municipios que quieren incentivar esta modalidad–. Una comunidad solar instala paneles solares sobre la cubierta de la comunidad de vecinos y la energía generada se reparte entre los miembros, según la participación que tenga cada uno en la instalación.

Todos los vecinos que quieran participar en esta comunidad solar pueden hacerlo, adquiriendo un porcentaje de participación en la instalación fotovoltaica. Este tipo de comunidades solares requiere un acuerdo por parte de los vecinos en cuanto a cómo realizar la inversión y el reparto de la energía solar generada.

Comunidad solar inversión Iberdrola 

Las comunidades solares inversión Iberdrola son aquellas en las que Iberdrola realiza la inversión para su instalación. De esta forma, Iberdrola es la propietaria de la planta fotovoltaica y, por consiguiente, se encargará de comercializar la energía solar generada entre otros participantes. 

Todos los que quieran participar en esta comunidad solar se pueden adherir mediante la suscripción al servicio solar de una forma digital y sencilla. En base a esta cuota de suscripción, el porcentaje de participación en la comunidad solar será mayor o menor. De esta manera, cada miembro obtiene una proporción de la energía limpia generada, lo que supone un ahorro en su factura eléctrica.

Por otra parte, Iberdrola abona un importe anual en concepto de canon de alquiler al propietario de la cubierta, quien además tiene prioridad de acceso como participante de la comunidad solar, además de reforzar su imagen y marca por impactar positivamente en su entorno.

Este tipo de comunidades solares son ideales para propietarios de tejados que dispongan de más superficie de cubierta de la que necesitan para satisfacer su consumo propio, pero no tengan capacidad o interés en realizar inversión propia. Este es el caso de colegios o naves industriales que se encuentren próximos a viviendas y zonas residenciales.