Almacenamiento de energía

El desafío del almacenamiento energético eficiente

En Iberdrola apostamos por el almacenamiento de la energía como uno de los grandes retos para lograr la descarbonización del sistema energético.

En Iberdrola impulsamos el almacenamiento energético eficiente como una de las palancas clave para la descarbonización y la transición energética. Para ello, nos servimos del almacenamiento a gran escala, a través de nuestras centrales hidroeléctricas de bombeo, y del almacenamiento a pequeña escala, a través de pilas o baterías de ion de litio adheridas a puntos de generación de energía renovable. Nuestro Plan estratégico a 2026 prevé 1.500 millones de euros de inversión en este área. Nuestro objetivo a 2030: alcanzar más de 120 GWh de capacidad de almacenamiento instalada acumulada.

Almacenamiento energético para la transición energética

En Iberdrola estamos convencidos de que la inversión en almacenamiento es uno de los pilares fundamentales para acelerar la electrificación de nuestros sistemas energéticos; junto a la creación de infraestructuras de generación limpia y de redes eléctricas inteligentes. 

Pero, ¿qué es el almacenamiento de la energía? El proceso de captura y retención de energía para su liberación y uso posterior, que se puede llevar a cabo mediante distintas tecnologías. Esta provisión de energía permite la integración de fuentes eléctricas intermitentes en la red, como son la solar y la eólica, ampliando la oferta de energía de origen renovable y reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. Esto a su vez, mejora la fiabilidad y eficiencia del suministro energético y facilita la flexibilidad del mercado eléctrico.

En Iberdrola, somos líderes en almacenamiento de energía a través de la generación hidroeléctrica y de bombeo, el método de almacenamiento más limpio y eficiente a día de hoy, con 4 GW de potencia instalada. Al tiempo, seguimos sumando a nuestra cartera de activos distintos sistemas de almacenamiento de energía en batería (BESS, por sus siglas en inglés) en todo el mundo. Una solución en auge, versátil, eficaz y centrada en el cliente.

Sistema de almacenamiento con bombeo hidroeléctrico

Las centrales hidroeléctricas de bombeo son como gigantescas "baterías naturales en el cauce de un río", que almacenan energía en momentos de baja demanda mediante el bombeo de agua desde un depósito inferior hasta uno superior. Cuando la necesidad de electricidad aumenta, ese agua se libera hacia abajo, activando las turbinas de generación de energía. Este sistema, que utiliza la fuerza de gravedad y el ciclo del agua, es renovable, eficiente y limpio

Dependiendo del tamaño de los embalses superior e inferior, la altura del salto de agua y la potencia de las turbinas, estos sistemas ofrecen una amplia horquilla de potencias, desde varios megavatios-hora (MWh) hasta varios gigavatios-hora (GWh) de energía. Se trata de un ejemplo icónico de cómo la ingeniería puede unirse a la naturaleza de forma respetuosa para fomentar un futuro energético más autónomo y sostenible.

Sistema de almacenamiento con baterías (BESS)

Los sistemas de almacenamiento con baterías (BESS, por sus siglas en inglés) funcionan mediante la conversión de la energía eléctrica en energía química durante la carga en las baterías recargables, durante los momentos de baja demanda, y liberándola cuando la necesitamos, como durante los picos de consumo. 

Hay varios tipos de baterías para el almacenamiento de energía, siendo en la actualidad las más extendidas las baterías de iones de litio debido a su alta densidad de energía, ciclo de vida prolongado y requisitos de mantenimiento relativamente bajos. 

Aplicaciones del almacenamiento de energía

Los sistemas de almacenamiento de energía se clasifican en dos categorías principales: aplicaciones de corta duración, capaces de ajustar la producción de energía en cuestión de segundos o minutos para responder a fluctuaciones rápidas en la demanda, y aplicaciones de larga duración, diseñadas para suministrar energía almacenada durante varias horas o incluso días. La creciente integración de fuentes renovables en la red eléctrica está impulsando la necesidad de soluciones de almacenamiento de mayor duración, capaces de garantizar un suministro constante y confiable incluso durante periodos prolongados de baja generación renovable.

Ignacio Galán

"Hay que invertir en redes de distribución eléctrica y en almacenamiento, no solo de corta duración como las baterías, sino de larga como los bombeos hidroeléctricos, además de impulsar las interconexiones entre países."

Ignacio S. Galán

Presidente de Iberdrola

Iberdrola apuesta por el almacenamiento de energía

Los planes de inversión de Iberdrola para el periodo 2024-2026 demuestran un firme compromiso con las tecnologías de almacenamiento de energía, reconociendo su papel crucial en la construcción de un sistema energético descarbonizado. Estamos destinando recursos tanto a soluciones consolidadas como a tecnologías emergentes, con el objetivo de facilitar la integración de las energías renovables y mejorar la estabilidad de las redes eléctricas. Estas iniciativas reflejan la importancia estratégica del almacenamiento en el contexto de una transición energética global acelerada, mediante proyectos que fortalecen la fiabilidad y la continuidad del suministro de energía renovable a distintas escalas de red.

Nuevas soluciones para el almacenamiento de energía

La energía térmica se perfila como una de las tecnologías clave para el futuro del almacenamiento de energía. Esta tecnología, ya madura, jugará un papel crucial en la descarbonización del calor industrial, que actualmente representa el 20% de la demanda global de energía final y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. El proceso consiste en almacenar calor en materiales como sales fundidas, cerámica o hormigón, que luego puede ser aprovechado directamente en procesos industriales. Entre sus ventajas destacan su gran capacidad de almacenamiento, la posibilidad de duraciones que abarcan desde horas hasta días, y su alta eficiencia, lo que la convierte en una solución prometedora para reducir la huella de carbono en sectores de alta intensidad energética. 

Sin embargo, el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía enfrenta varios obstáculos. Entre ellos, destacan la necesidad de conexión a la red eléctrica, el desconocimiento de estas tecnologías tanto por parte de los clientes potenciales como de los organismos reguladores, y la falta de incentivos en algunas regiones, incluida la Unión Europea.

Otras soluciones prometedoras incluyen las tecnologías de almacenamiento electroquímico y mecánico. En el ámbito electroquímico, hay las pilas de combustible de hidrógeno-oxígeno, que almacenan energía a través de reacciones químicas. Por su parte, el almacenamiento mecánico incluye sistemas como el almacenamiento de energía en aire comprimido (CAES, por sus siglas en inglés), que comprime aire y lo almacena en depósitos subterráneos, como minas de sal, para liberarlo y generar electricidad cuando se necesita. Estas tecnologías complementan las soluciones actuales y amplían las posibilidades para una red más sostenible y resiliente.

El futuro de las baterías de almacenamiento 

Los sistemas de baterías, especialmente aquellos basados en la tecnología de iones de litio (Li-ion), se han consolidado como una solución competitiva para el almacenamiento de energía. Estas baterías almacenan energía a través de reacciones químicas, destacándose por su alta eficiencia, tiempos de respuesta extremadamente rápidos ante aumentos de la demanda y una rápida disminución de sus costes. Sin embargo, enfrentan desafíos importantes, como el riesgo de escasez y la volatilidad de los precios, en gran medida debido al creciente dominio de la industria de los vehículos eléctricos, que impulsa significativamente la demanda de esta tecnología.

Las baterías de iones de sodio (Na-ion), elaboradas a partir de materiales abundantes y económicos como el sodio, el hierro y el carbono, representan una alternativa viable y emocionante. Estas baterías ofrecen un rendimiento comparable al de las de iones de litio (Li-ion), con ventajas adicionales como una mayor estabilidad térmica y tiempos de carga más rápidos. Importantes fabricantes como CATL, BYD, HiNa y Natron ya han anunciado planes para producir estas baterías, tanto para aplicaciones de almacenamiento en red como para su uso en vehículos eléctricos, destacando su potencial en el desarrollo de soluciones sostenibles.
 

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