Neorruralismo
Neorruralismo, un fenómeno que regresa tras la pandemia para revitalizar los pueblos
Transformación social Sociedad
El deseo de recuperar el contacto con la naturaleza y de alejarse de los masificados núcleos urbanos ha aumentado desde el confinamiento y las restricciones fruto de la pandemia de COVID-19. Así, en todo el mundo se ha revitalizado el fenómeno del neorruralismo, es decir, el éxodo de la ciudad a los pueblos en busca de estilos de vida más saludables y sostenibles.
El confinamiento, las restricciones y las amenazas de rebrotes como consecuencia de la pandemia de COVID-19 han avivado en el inconsciente colectivo el anhelo de escapar. Este anhelo toma muchas formas, pero para la mayoría la más accesible es alejarse de las ciudades para instalarse en zonas rurales. Ahora, que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han allanado el camino al teletrabajo y contamos con smart villages en las que no falta Internet de banda ancha, todo se ha vuelto más sencillo que nunca.
El éxodo urbano (neorruralismo)
Del mismo modo que con la Primera Revolución Industrial se produjo un flujo de migración del campo a la ciudad, la Cuarta Revolución Industrial, marcada por la digitalización, abre las puertas al fenómeno contrario: el neorruralismo, es decir, la migración de la ciudad al campo en busca de mayor calidad de vida. Aunque hay antecedentes, como el movimiento romántico en el siglo XIX, el neorruralismo en la sociedad moderna surgió a finales de los años 60 en Estados Unidos y Europa promovido por miembros de la contracultura, que huían hacia lo rural en busca de un reencuentro físico y espiritual con la naturaleza.
El mundo rural se alimenta a su vez de este fenómeno, ya que los neorruralistas tienen conciencia ecológica y no llegan a sus destinos con intención de alterarlos, sino de rehabilitarlos. Un ejemplo son las personas que complementan su éxodo con la apertura de negocios dedicados al turismo rural o las que establecen ecoaldeas para crear comunidades marcadas por un estilo de vida sostenible. Iniciativas así favorecen la repoblación y la reactivación económica de pueblos abandonados y en riesgo de desaparecer en todo el mundo.
Motivaciones de los neorruralistas
El neorruralismo, como ya se ha comentado, no es un fenómeno nuevo, pero algunos sociólogos auguran un nuevo auge debido a la presión que la pandemia de COVID-19 ha ejercido sobre la sociedad y a la necesidad que tiene esta de encontrar válvulas de escape. En cualquier caso, hay otras motivaciones:
Ecologismo y autorrealización
Algunos neorruralistas reniegan de la vida en la ciudad, haciendo hincapié en los beneficios de lo natural, orgánico, local y artesanal en todos los ámbitos: alimentación, ropa, medicina, etc. Fieles a esos principios, se exilian en zonas rurales tratando de llevar una vida lo más sostenible posible, en armonía con su entorno y trabajando la tierra con el fin de ser autosuficientes.
Economía y emprendimiento
Por un lado, la vida en el campo es más barata, en especial, los alquileres. Por otro, en los últimos años se ha producido un aumento de los negocios enfocados a lo rural, ya sea en forma de casas rurales o de actividades al aire libre, los cuales facilitan la aparición de emprendedores dispuestos a combinar su pasión por la naturaleza con su profesión.
Búsqueda de refugio
Sin tener necesariamente fuertes creencias ecológicas, algunas personas se cansan del estrés de la vida urbana y buscan refugio en pueblos o zonas aisladas, en ocasiones en la aldea de la que son originarios. Del mismo modo, también hay familias que consideran el campo un lugar más seguro para criar a sus hijos. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado esta tendencia.
VER INFOGRAFÍA: Los perfiles de los neorruralistas [PDF] Enlace externo, se abre en ventana nueva.
Vivir en el campo: ventajas y desventajas
Las ventajas de la vida rural están ligadas a las motivaciones que impulsan a cada individuo a mudarse a este mundo y que se traducen, generalmente y de forma resumida, en una mayor calidad de vida. Sin embargo, la vida en el campo tiene sus inconvenientes, los cuales pueden terminar pesando más que los beneficios. Entre ellos, cabe destacar:
Menor oferta de ocio
En el mundo rural, por ejemplo, la oferta cultural —conciertos, cines, teatros, exposiciones— es inferior y algo tan humano como el aburrimiento puede ser un motivo para acabar haciendo las maletas y regresando a la ciudad.
Menor oferta de servicios
El transporte público es pobre y una urgencia médica puede convertirse en un problema por la lejanía de los centros de salud. Algo similar ocurre con los colegios y este tipo de situaciones dificultan la vida a gente acostumbrada a un mayor confort.
Menor oferta laboral
La expansión de las TIC y el auge del teletrabajo han abierto la puerta a la vida rural a mucha gente que de otra manera no podría abandonar la ciudad. Eso no quita que, de por sí, el número de trabajos que pueden realizarse en el campo sea limitado.
A estos problemas cabe añadir molestias inesperadas, como pudieran ser los cortes de suministros o de conexión a Internet cuya reparación se dilata en el tiempo o las cosechas que se echan a perder por inclemencias meteorológicas. Situaciones que siempre acechan al neorruralista y le recuerdan que ya no vive en la ciudad, tanto para lo bueno como para lo malo.
Actividades relacionadas con el neorruralismo
El boom del neorruralismo también puede asociarse al desarrollo de nuevas actividades económicas ligadas a lo rural. Entre ellas, actualmente, destacan:
- Turismo rural: se suele dividir en hostelero, deportivo y cultural, aunque muchas veces se combinan. Las casas rurales llevan años siendo una alternativa ideal para aquellos que quieren desconectar un fin de semana. Del mismo modo, el turismo deportivo ofrece a urbanitas la oportunidad de reconectar con la naturaleza al tiempo que practican una actividad física, como senderismo, barranquismo o escalada. Por otro lado, las excursiones a pueblos con un rico patrimonio histórico son cada vez más demandadas por turistas que quieren descubrir rincones especiales.
- Agricultura ecológica: gracias a la creciente demanda de productos orgánicos, es una de las actividades más extendidas entre los neorruralistas. Desde casas unifamiliares o comunidades que cuentan con huertos de los que cosechar alimentos para consumo propio, hasta jóvenes que ven en esta forma de agricultura una profesión y una oportunidad de negocio, así cada vez más personas apuestan por esta actividad.